13 Jan 2022

¿Cuál es el precio que tú pagarías por amar alguien?

“Pero el hombre, en cuanto se fue, empezó a hablar y a divulgar lo ocurrido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en el pueblo; tenía que andar por las afueras, en lugares solitarios. Pero la gente venía a él de todas partes” (Mc 1, 45).

¡El dolor de un leproso era enorme! Nosotros estamos en el Evangelio en que Jesús cura aquel hombre de la lepra. No pensemos que el dolor del leproso sea meramente corpórea por causa de las heridas y sangramentos, pues era solo aspectos de dolor. El dolor de un leproso tocaba su dimensión afectiva, espiritual, psicológica y emocional.

La mayor causa de dolor de un leproso era la separación de las personas, el aislamiento (palabra tan real en nuestros días actuales) que era impuesto por la condición de la lepra, pues quien tenía esta enfermedad no podía convivir con las personas, es decir, era aislado. El leproso era excluido, era alguien que perdía la noción del amor y de lo que era el convivio con las demás personas.

Quien ama esta dispuesto a asumir el lugar del otro; quien ama esta dispuesto a pagar un alto precio

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Después de curado, aquel leprodo comienza a divulgar el hecho, aún que Jesús pidio para no divulgar, él comienza a hablar sobre la fama de Jesús. Eso tuvo un precio; y Jesús tuvo de pagar.

Ahora, aquí, comienza una inversión – porque, en la vida del leproso y en la de Jesús, las cosas cambian, pues eso ocurre cuando entra el amor -, el leproso vuelve su vida social, él vuele para el convivio, para el contacto con el mundo y con las personas, él esta purificado, puede volver a frecuentar el templo, a dirigirse a las personas, a hablar con Dios; puede convivir, puede ir y venir cuando tenga ganas. Sin embargo, ahora, es Jesús quien es aislado, Él no podía más entrar en la ciudad. Aquí ocurre el amor. Quien ama esta dispuesto a asumir el lugar del otro; quien ama esta dispuesto a pagar un alto precio.

¿Que grado de comprometimiento tu tienes con la vida de alguien? ¿Qué disposición tiene para pagar el precio por amar alguien? Puede ser alguien de tu familia o quien esta cerca de ti. ¿Tú estas dispuesto a pagar el precio para vivir ese amor?

Es una buena oportunidad que el Evangelio de hoy nos da: reflexionamos si nuestro amor es de, hecho, gratuito, desinteresado, libre… Es decir es un amor interesado, posesivo. Además de eso, el Evangelio nos da también la oportunidad de sumergir nuestro corazón en esta experiencia profunda de amor que Jesús hace: de ponerse en el lugar del otro, de tener coraje de asumir el lugar del otro, porque, ahora, es Jesús el leproso, es Jesús quien tiene que quedar en lugares desiertos, fuera de ciudad, aislado; esperando que alguien va a Su encuentro.

Y ese es el amor de Dios. ¡Él asume el mio (y tu lugar) y pago el precio con la propia vida para salvar a mi y a ti!

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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