Corazón convertido y fecundo, a ejemplo de San Frey Galvão
Hoy conmemoramos la memoria de San Fray Galvão, un santo brasileño muy cercano a Canção Nova, Guaratinguetá (SP). San Fray Galvão fue un hombre de oración, de espiritualidad y de mucho coraje para anunciar el Evangelio de Nuestro Señor.
En esta memoria de San Fray Galvão, tenemos como telón de fondo la conversión y la fecundidad. El tiempo de Dios es misericordia, y el Evangelio nos enseñará precisamente eso: “Si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo, Señor, deja la higuera un año más” (Lucas 13,1-9).
Volvamos nuestro corazón a Dios
En este Evangelio, Jesús nos habla, con firmeza y ternura, sobre el tema de la conversión, y esto es algo muy importante para ti y para mí.
Para llegar a la fe, para llegar al amor de Dios, es necesario que nuestro corazón se convierta a aquello que Dios nos ofrece, a aquello que Él nos presenta, es decir, un cambio de vida. Ante las tragedias y los sufrimientos, necesitamos tener nuestro corazón anclado en el amor de Dios, que nos lleva a superar todas las cosas.
Jesús no entra en especulaciones, sino que nos invita a mirar dentro de nosotros mismos y a vivir con un corazón arrepentido y renovado.
Confiar en Dios y vivir reconciliados con Él
En este día en que celebramos a San Fray Galvão, este gran hombre de Dios nacido en tierras brasileñas, somos iluminados por su ejemplo de vida santa, fecunda y profundamente reconciliada con el Señor.
Cuando Jesús dice: “Si no os convertís…”, Él está haciendo un llamado para todos nosotros, es decir, muestra que no podemos quedarnos paralizados por el miedo al pecado, por el miedo a alejarnos de Dios y no lograr regresar a Él. El Señor nos está diciendo que necesitamos confiar en Él.
Esa palabra “conversión”, muchas veces, parece pesada, pero significa simplemente volver el corazón a Dios. ¡Mira qué hermosa es la sabiduría de la Iglesia! Y este cambio interior es un camino diario, hecho de elecciones pequeñas, pero fieles.
Oración, humildad y servicio
Fray Galvão entendió esto muy temprano y, como joven religioso, buscó la santidad en la oración, en la humildad y en el servicio. Su vida fue una continua conversión, una entrega silenciosa y profunda a la voluntad de Dios.
Que Él nos bendiga, que interceda por nosotros para que vivamos justamente una conversión sincera y verdadera.
Que San Fray Galvão interceda y ruegue a Dios por nosotros, y que el Señor nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!


