28 Sep 2018

Todo sufrimiento da vida nueva

El sufrimiento debe ser vivido cuando viene, combatido cuando es necesario, pero todo padecimiento culmina en una vida nueva y en la resurrección

“El hijo del Hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, por los sumos sacerdotes y doctores de la Ley, debe ser crucificado y resucitar al tercer día” (Lucas 9,22)

Lo que Jesús dice de él, lo dice sobre cada uno de nosotros, de nuestra naturaleza humana. El Hijo del Hombre asumió nuestra humanidad sufriente, porque sufrimos mucho para ser personas humanas y, sobre todo, para ser personas dignas.

No existe vida humana sin sufrimiento. Eso no quiere decir que debemos buscarlo o pensar que sufrir produce placer. El sufrimiento surge, es el sufrimiento propio de nuestra existencia, de pasar por problemas, de no ser comprendidos ni amados como deberíamos. Es el sufrimiento de las pérdidas, de la falta de éxito, de las frustraciones humanas. El sufrimiento del que habla Jesús no es simplemente físico, porque el sufrimiento de Jesús es emocional, psíquico y psicológico.

Jesús no fue aceptado por los suyos, no fue comprendido por los que estaban cerca. Fue abandonado y rechazado. Jesús fue rechazado por los ancianos del pueblo, experimentó la condición humana en toda su realidad y fue asesinado. Cuando vemos todo eso, vamos a tener la misma reacción que tuvo Pedro: “Que Dios te libre, Señor, y que no pases por nada de eso”. ¿Cómo no vamos a pasar, si somos humanas y estamos viviendo en medio de las fragilidades humanas, las debilidades y las incoherencias de la vida humana?

Necesito decir que vivir es sufrir. No es que eso sea sinónimo de vida, pero vivir con dignidad exige sufrir. El misterio del sufrimiento todavía no es comprendido, es rechazado por la condición humana.

Si el sufrimiento es inherente a la realidad humana, es necesario sufrir con dignidad; primero, aliviar el sufrimiento del otro, consolarlo, no hacer sufrir al otro, sino propiciar, cada vez más, la posibilidad de que sufra lo que necesita sufrir, pero con dignidad. Nuestro Maestro Jesús abrazó el sufrimiento inherente a su condición humana con mucha honradez y dignidad. Lo segundo, es sufrir lo que es necesario sin maldecir jamás el sufrimiento, vivirlo como una maldición. Si existe el sufrimiento que es inherente a la realidad humana, existe también el que nos lo provocamos, pero que no debe ser buscado jamás. Debe ser vivido cuando llega, combatido cuando se puede, pero todo sufrimiento culmina en una vida nueva y en la resurrección.

Pasamos por el valle de lágrimas, somos consolados por el Maestro que nos da semilla de la eternidad hasta el día que seremos como Él: resucitados y plenos en la vida eterna. Que nuestro sufrimiento sea vivido en dignidad, como redención de una naturaleza humana que necesita ser divinizada por el Dios vivo y presente en medio nuestro. ¡Qué Dios sea nuestro consuelo en todos nuestros momentos difíciles!

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.