22 Jul 2020

Seamos, cada día, discípulos del Maestro Jesús

“María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras” (Jn 20, 18).

celebremos, con mucho amor en el corazón, la fiesta de santa María Magdalena, discípula de Jesús. Podríamos decir muchas cosas sobre María Magdalena, pero, desgraciadamente, muchas personas viven siempre de pasado, y están más interesadas en lo que ella fue en lo que ella es y se convirtió por la gracia de Dios.

No puedo decir que María Magdalena fue adultera, prostituta, mujer de la vida o cualquier expresión de estas, porque la Sagrada escritura no habla eso de ella, pero habla que Jesús expulso de ella siete espíritus malignos. Y después que ella se encontró con el señor, no fue más la misma, ella fue transformada y convertida en el verdadero amor.

Jesús paso a ser el amor mayor de la vida de Magdalena, por eso ella se convirtió discípula de Él. Ella siguió Jesús, porque, si antes ella seguía los impulsos de su corazón, ella era guiada por las pasiones de su alma y por toda la vida que llevaba, ella cambio su dirección o permitió a Jesús cambiar el camino de su vida.

Lo que necesitamos aprender con María Magdalena es convertirnos, verdaderamente, discípulos de Jesús

La pasión de la vida de María pasó a ser Jesús. No sea liviano, mundano o profano, porque, cuando habla de pasión, las personas confunde y solo conocen pasiones carnales. Es porque para la persona mundana todo va ser también mundano.

La conversión de María fue profunda, porque ella se convirtió para el reino de Dios,para los sentimientos evangélicos y para Jesús Maestro, Señor y Salvador. Por eso, por encima de todo, ella se convirtió la discípula, la seguidora, aquella que siguió Jesús de la vida hasta la muerte, y fu la primera testigo de cristo vivo y resucitado. María fue no solo aquella que vio el Resucitado, pero aquella que proclamo que Él estaba vivo y en nuestro medio.

Lo que necesitamos aprender con esta mujer es convertirnos verdaderamente discípulos de Jesús. Que nuestro encuentro con Él sea transformado y nos lleve a convertirnos apasionados por el Evangelio y por la vida del Reino. Que nuestro encuentro con el Señor nos lleve a ser lo que María fue: aquella que llevo la vida en nombre del Maestro.

El buen discípulos es aquel que se convierte apóstol. ¡María fue una excelente discípula, porque nunca más quito los ojos de Jesús, y tampoco la muerte de Él fue capaz de eso! Por el contrario, ella cuidaba incluso del cuerpo de Él, por eso la vida de Jesús esta en ella, y ella se convirtió apóstol de la Resurrección. Por donde María Magdalena fue, ella anunció la presencia amorosa de Jesús en nuestro medio.

Necesitamos ser, a cada día, discípulos del Maestro Jesús, necesitamos ser apóstol de Él; anunciar, proclamar y testimoniar para el mundo que camina en la oscuridad de las tinieblas, del pecado y de la muerte, que Jesús esta vivo.

La vida de María Magdalena fue la prueba más autentica de aquello que Jesús realiza y transforma en la vida de la persona que en Él cree y lleva la vida en Su nombre. Que las personas puedan mirar para nuestra vida y decir: “Jesús en el vive, entonces Él esta vivo”.

No basta proclamar la Resurrección de Jesús, es necesario dejar que la Resurrección ocurra en nuestra propia vida y la ilumine, para no vivir en las tinieblas, en la oscuridad, en el error y tampoco en el pecado.

Que María Magdalena nos enseñe el camino del discipulado y del apostolado del Maestro Jesús.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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