Los aliados del cielo en nuestro favor
Y Jesús siguio: “En verdad, en verdad os digo: Veréis el cielo abierto y los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre” (Juan 1,51).
Hermanos y hermanas, hoy celebramos la fiesta de los Santos Arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael, y es muy significativo para nosotros que vivimos la Cuaresma de San Miguel, rezando todos estos días. Pero hoy, además de San Miguel, también tenemos a los otros arcángeles que celebramos, que son figuras significativas, tanto San Rafael como también San Gabriel.
Miguel, nuestro defensor en la batalla
Comenzando por Miguel, el príncipe de los ejércitos celestiales y defensor de la Iglesia contra las fuerzas del mal. En el diálogo con Natanael, que leemos en el texto de hoy, el Cielo abierto y los ángeles subiendo y bajando revelan la victoria de Dios sobre el mal. Su misión es protegernos en el camino hacia la eternidad, combatiendo al enemigo que quiere impedir nuestra comunión con Dios y nuestra salvación.
Gabriel, el mensajero que abre el Cielo
San Gabriel, como mensajero divino, simboliza la fuerza de Dios que se comunica al hombre. Recordemos que fue él quien anunció a la Virgen María la encarnación. El Ángel del Señor anunció a María, y ella concibió por obra del Espíritu Santo. En el texto, la visión de los ángeles subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre recuerda la misión que Gabriel tiene de anunciar las grandes obras de Dios como hizo en aquel evento de la anunciación que mencioné. Él representa la mediación de los mensajes divinos que abren el cielo a los hombres.
Rafael, el amigo que cura y guía
Rafael actúa como consejero y protector, ayudándonos a alcanzar la curación interior y la salvación. San Rafael simboliza el cuidado divino que restaura y conduce al encuentro con Dios. Sobre todo, él es un amigo que camina con nosotros y nos ayuda a elegir las cosas correctas, aquellas que nos darán salvación y que pondrán en fuga al enemigo de nuestra salvación, así como sucedió con el demonio en el libro de Tobías, Asmodeo.
Que, por la intercesión de los Santos Arcángeles, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, vivamos bien este día de fiesta en que la Iglesia nos pone en plena comunión también con estas criaturas celestes.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
