13 Sep 2019

Quien quiere seguir Jesús necesita mirarse primero

“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo», tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Lc 6, 41 – 42).

Yo comienzo con esta afirmación final de Jesús, porque es una hipocresía muy grande ver el defecto del otro, el problema y el mal del otro, pero no se ve el propio. ¡Muchas veces, no nos vemos, y si vemos, es muy mal!

Nuestros ojos alargan para comentar la vida de los demás, para hablar de la vida de los demás, para criticar el problema de los demás, para entender que el problema siempre es el otro. La visión disminuye y se convierte ofuscada cuando es para ver lo que realmente somos, porque tenemos aquella imagen distorsionada, creemos que somos referencia de bondad, de verdad; y si tenemos defectos, buscamos disminuir, ocultar, no ver con profundidad.

Gastamos horas, si necesario, para hablar mal del defecto de los demás, para conversar sobre la vida de los demás, pero nos vemos muy mal, y es el principio de la hipocresía, entonces vemos lo que es más condenado por Jesús en la espiritualidad de quien sigue a Él.

Quien quiere seguir Je´sus necesita primero, ver, reparar en sí mismo, porque, si esta reclamando de la basura del otro, pero no esta viendo la propria basura, no esta purificando.

Es una hipocresía muy gran ver el defecto del otro, el problema y el mal del otro, pero no se ve

La hipocresía es una patología, y de las patologías espirituales, ella se convierte más agravante y preocupante de todas, porque con ella no vemos lo que necesitamos, de verdad, ver. Con la hipocresía, no somo capaces de volvernos para nosotros, pero estamos siempre incomodados, tristes y desconfiado causa del otro. Y el otro se convierte incomodo para nosotros, se convierte objeto de nuestra preocupación, de nuestros pensamientos, de aquello que esta en nosotros.

Póngase en el suelo en oración y hable: “Señor, ayudame a mirar, ver lo que no estoy viendo, a reparar dentro de mi lo que yo necesito arreglar”.

La gracia que Dios me ha dado es, cada día más, tener consciencia de mis limites, de mis debilidades, de aquello que, dentro de mi, no esta bien, pero que necesito rever y arreglar. Eso hace de mí una persona más misericordiosa, eso no me permite parar para quedar juzgando el pecado de las personas ni condenando el mundo.

Todo mal que vemos en alguien es para nosotros una probación para revernos, para que miremos en el espejo no con el retrovisor, pero con l visión delante que nos permite ver de la forma que somos.

No me conozco como necesito ser conocido, por eso la gracia que pido, todos los días, es: “Señor, por favor, ayudame a conocerme más, cuidarme más, a reparar más en mí los males de la vida que aún no he visto”.

Que Dios nos de la gracia de quitar los obstáculos que están en nosotros, para sabe tener más misericordia para ver el defecto en nosotros mismo.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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