07 Dec 2019

Llevemos el Reino de Dios a todos los corazones

“Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca! Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar” (Mt 10, 6-8)

La gran gracia que recibimos de la vida fue el Reino de Dios que vino hasta nosotros. Estamos aquí porque el Reino de Dios esta en nuestro medio, y la gracia es que recibimos de gracia, no recibimos por nada.

Fue Jesús que pago con su vida y derramo su sangre para que podamos ser salvos, por lo tanto, llevemos el Reino de Dios también de gracia, promovamos la gracia con toda la gratuidad del alma.

Primero las ovejas perdidas de la casa de Israel, las ovejas perdidas de toda la Iglesia, que es la nueva Israel. Primero, en los encuentros perdidos, que nos encontremos en Dios, porque el perdido necesita encontrarse y el perdido no consigue hacer con que el otro se reencontré con la gracia de Dios.

Del punto que tu estas, en la situación que tu vives, por favor, se reencuentre con la gracia de Dios, y en este tiempo de gracia necesitamos buscar muchas ovejas que están perdidas en la casa de Israel, están perdidas dentro de nuestra propia casa, de nuestra propia familia. Muchas que son del Señor están lejos de Él y necesitamos llevar el Reino del Señor.

Anunciemos el Reino de Dios, reino de la luz, porque es ese Reino que nos salva

No podemos permitir que el desanimo, que ese espíritu negativo, que lleva a ver todas las cosas a la crisis, despierte en nosotros personas criticas y e desanimadas en la crisis de la fe, pero levantemos para llevar el Reino de los Cielos en todos los caminos que estamos.

A veces, nos encontramos con personas de iglesia, que solo viene traer para nosotros cosas negativas, viene criticar el padre, el obispo, viene hablar mal del Papa, viene criticas eso, hablar mal de aquel. Disculpa, pero son los perdidos. Somos nosotros muchas veces que nos perdemos en medio a las cosas negativas.

Es necesario que encontremos siempre el tesoro que nos conquisto, y es ese tesoro que debemos llevar, porque si tu viene para traer cosas negativas, ellas no levantaran. Venga hasta mí para traer Jesús, porque estoy caminando hasta ti para llevar el tesoro que me salvo, me rescato y si me llama Jesús es Él que estoy llevando, estoy anunciando y proclamando, y cuando proclamamos y anunciamos él, las enfermedades son sanadas, las personas son levantadas, los ánimos son erguidos.

Cuando somos mismo en la iglesia servidor del reino de las tinieblas, solos llevamos cosas negativas, amargura, solo llevamos cosas malas. Hay personas hasta en las puertas de la iglesia, dentro de la iglesia, que están allá solo para criticar, para hablar de lo que es malo, solo para hablar de lo que no presta, y por eso no estamos salvándonos, Dios no esta operando su salvación en nosotros.

No anunciemos el Reino de las tinieblas, anunciemos el Reino de Dios, reino de la luz, porque es ese Reino que nos salva.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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