“Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba” (Mateus 5,1-3).
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Paro en este versículo inicial porque hoy es domingo, día del Señor. Y el Evangelio propuesto a cada uno de nosotros es el Evangelio de las bienaventuranzas. Pero el inicio del Evangelio ya nos da elementos muy interesantes, porque comienza diciendo que Jesús “ha visto las multitudes”.
Es el amor visceral de Jesús, es aquel amor que conmueve el corazón de Jesús. Él no ha visto porque eran muchas personas, pero Jesús ha visto porque ellas eran únicas, cada persona era importante a los ojos de Dios, por los ojos de Jesús.
Lo que Jesús hace es lo que Dios hace con nosotros. Dios nos ve, Él te ve, ve tu situación, tus sufrimientos, tus lagrimas; todo lo que tu vives esta debajo de los ojos atentos de Dios.
Seguramente, Él ha visto en aquella personas dolores, lágrimas, pobreza, aflicciones, personas con falta de justicia. Ha visto también mucha pureza en el corazón de aquellas personas, mansedumbre y misericordia. La enseñanza de Jesús parte de la realidad que Él ve. Jesús hablo sobre las bienaventuranzas porque Él veía en el corazón de aquellas personas cada uno de los elementos de las bienaventuranzas.
La didáctica de Jesús es llamar de bienaventurados aquellos que, en realidad, no estão viviendo las bienaventuranzas
Nos habla la Palabra que Jesús comenzó a enseñar. “Didáskalos” (termino griego), viene el termino didactico apartir de eso. Jesús es maestro, Él enseña, Él es didacta, Él sabe justamente lo que sus ovejas necesitan escuchar. Primero, porque JEsús enseña con la propia vida, porque la palabra que sale de Su boca es Su propia vida. Jesús es la Palabra, entonces, cuando Él habla, en realidad, Jesús se da para aquellas personas porque Su Palabra es Él mismo.
¿Cuál es la didáctica de Jesús? Es llamar aquellas personas de bienaventuradas y felices; aquellos que, en realidad, no están viviendo las bienaventuranzas, pero el contrario. Que cosa extraña, ¿no lo es? La didáctica de Jesús es llamar de bienaventurados y felices personas que están totalmente en el contrario, que están pasando por dificultad, que están en contradicción, que están pasando hambre, que están llorando.
¡Cuando todo parece contrario y contradictorio, allí se oculta una bienaventuranza, y eso nos habla mucho! Encontrar alegría en un dolor, sentirse salvo cuando todo parece perdido, sentir coraje y fuerza cuando tu pasas por una injusticia, cuando tu pasa por una persecución y por un sufrimiento. Aprender esta lección es tarea que exige ejercicio diario de oración, de escucha, de reflexión, de humildad y obediencia a la voz de Dios.
El Señor quiere enseñarnos con las realidades propias de nuestra vida, Dios quiere quitar una gran lección para ti de aquello que tu estas viviendo hoy. No es por castigo, no es por penalidad, pero por amor. Porque Dios puede, incluso de una situación tan difícil, quitar una gran gracia para todos nosotros.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
