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Hola, hermanos y hermanas. El Evangelio que vamos leer hoy está en el capítulo 21 de San Lucas, versículos del 5 al 11.
“Jesús les dijo: ‘Mirad que no os engañen, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, y: “El tiempo está cerca”. No vayáis tras ellos. Y cuando oigáis de guerras y revoluciones, no os asustéis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.'” (Lucas 21, 8-9).
Habrá un fin del mundo
Muchos rumores, hermanos y hermanas, surgen cuando hablamos de los últimos tiempos. Lo que no debemos dudar, ante toda esta realidad, ante todas estas preguntas que surgen, es que habrá un fin del mundo. Es una realidad. Por lo tanto, cuando hablamos así, del fin del mundo y de los últimos tiempos, ¿cuál es la diferencia entre ambos?
Generalmente, cuando hablamos del fin del mundo, nos referimos al período que abarca la encarnación de Jesús, es decir, el momento en que Él se encarnó, vino a este mundo, este tiempo de la Iglesia, hasta su regreso, hasta la parusía. Cuando hablamos de los últimos tiempos, de hecho, son las últimas realidades, las realidades escatológicas que ocurrirán.
No debemos guardar dudas en nuestro corazón sobre esto. Porsupuesto que, no sabemos el momento, no sabemos cómo será y no debemos preocuparnos tanto por ello, sino confiar siempre en la Providencia de Dios que rige todas las cosas. Por eso Jesús nos llama la atención hoy, para que tengamos cuidado con este engaño que puede surgir por ahí.
Abramos nuestro corazón para que tengamos, constantemente, la fe escatológica, la fe en la parusía, la fe en la segunda venida de Jesús, que viene y se unirá con cada uno de nosotros para siempre. Esto es un dato de fe: sucederá, pero no sabemos el momento, no sabemos cómo será. Por eso Jesús dice: cuidado con que no os engañen.
Entonces, ¿qué es esencial? El esencial es mantener la fe en Dios, caminar en santidad, elegir el camino correcto, hacer la voluntad de Dios en esta vida, de manera que, si Jesús viene ahora, estemos preparados.
Pero también si ocurre, por ventura, algo y vamos junto a Dios, que también estemos preparados para un encuentro definitivo con Él.
Que esta gracia esté en su vida, que esta gracia mueva su comportamiento, mueva todo aquello que elige hacer, todo aquello que elige para su vida.
Hoy, pido que la gracia del Señor los guíe, ilumine su vida de fe, quite la ceguera, las escamas de sus ojos para que vean la presencia Divina que los conduce en este mundo.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
