23 Mar 2019

El Padre cuida de nuestras heridas

El Padre amoroso, bondoso, prodigo y misericordioso esta de brazos abiertos para acogernos, para cuidar de nuestras heridas

“Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: “Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros” (Lc 15, 18-19).

Cuando escuchamos la Palabra del hijo perdido, que llamamos de prodigo por todo lo que él tenia, por todo que gastó que era de su padre, en realidad, percibimos que él es un hijo que se perdió.

¡Cuantos hijos se perdieron de sus padres! Y también nosotros, hijos que nosotros vamos perdiéndonos de Dios, vamos perdiendo la gracia de Él en nosotros.

¡El hijo de la parábola se sintió atraído por el mundo; y el mundo, realmente, ejerce toda una tracción sobre nosotros! O tomamos una actitud radical, prodiga de todo dejar para vivir el mundo o vamos viviendo el medio a medio, un rosario aquí o allá, un poco de mundo, un poco de Dios; y vamos dejando el mundo ir quitando de nosotros la presencia del Padre, vamos gastando la gracia que Él nos dio y dejándonos seducir por el mundo en que estamos.

Todos nosotros somos hijos que nos perdemos, nos perdemos en las confusiones, nos perdemos delante de las elecciones equivocadas que hacemos, de las cosas mal resueltas dentro de nuestro corazón. Y, muchas veces, solucionamos abandonar Dios de forma directa y plena o de forma parcial.

Cuando decidimos vivir lejos de las personas, porque no amamos más, porque no la queremos más, y nosotros decidimos por nosotros mismo, vamos convirtiéndonos el hijo que se pierde en las relaciones.

Cuando hacemos elecciones equivocadas, vamos perdiéndonos en nuestras relaciones. Cuando elegimos vivir nuestro rancor, en nuestro resentimiento, en nuestra tristezas, vamos apartándonos del amor de Dios en nuestra vida.

Cuando elegimos otros amores y los creemos más importantes, vamos apartándonos del amor de Dios. Pero, especialmente, cuando nos dejamos atraer, cuando dejémonos seducir, cuando dejamos llevar por los valores, que incluso parecen ser buenos, pero no son valores evangélicos, nos perdemos en ellos.

La Palabra de Dios, hoy, es una invitación para todo corazón que esta perdido, para que se encuentre nuevamente con el amor de Dios, Si tu nunca te has encontrado con Él, esta en el momento de encontrarse, porque el padre es prodigo, Él tiene mucha misericordia y acogimiento. No interesa lo mucho que esté herido nuestro corazón, no importa como dejamos dañar nuestra alma, no importa la situación o el estado de calamidad que podemos encontrarnos, el Padre amoroso, bondoso, prodigo y misericordioso esta de brazos abiertos para acogernos, para cuidar de nuestras heridas y mostrarnos la dirección de la vida.

Volvemos para el corazón del Padre, volvemos para el regazo del Padre, dejemos que esta Padre cuide de nosotros, dejamos que Él cuide de las revueltas, de los resentimientos, de la heridas, de todo lo que perdemos a lo largo de esta vida.

El Padre que nos ama quiere cuidar de nosotros con todo amor de Su corazón.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.