30 Jul 2019

La buena semilla nos transforma en buen trigo

“El que siembra la semilla buena es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo. La buena semilla es la gente del Reino. La maleza es la gente del Maligno” (Mt 13, 37-38)

Los discípulos pidieron a Jesús que explicase la parábola del trigo y del joyo, y Él fue muy preciso. Aquel que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. Jesús es el sembrador de la buena semilla, fue Él quien sembró Su Palabra, la Palabra de vida, de salvación y liberación. Es Él quien sembró en nuestros corazones la parabolar de la vida, y la vida es el trigo que nos alimenta y nos salva, es el trigo que se transforma, incluso, en su propio cuerpo que nos alimenta y nos da la vida.

El campo es el mundo. El mundo en que estamos es ese campo extenso, vasto, donde todas las cosas sembradas y tiradas, pero es necesario entender que la buena semilla es la palabra, la buena semilla son aquellos que son transformados por la Palabra de Dios y se convierten hijos de Él.

Esta es la gracia, la buena semilla que nosotros recibimos nos convierte en el buen trigo, hace de nosotros semillas del Reino. Aquello que es sembrado en nosotros sembramos también en el mundo, pero el joyo son aquellos que pertenecen al maligno.

Dios no quiere que nadie pertenezca al maligno. Él no desea que ningún de sus hijos estén contaminados y engañados, porque el joyo es un verdadero engaño.

La buena semilla que nosotros recibimos nos convierte en un buen trigo, hace de nosotros semillas del Reino

Miramos en el campo y está todo bonito; en el medio hay joyo, pero parece que es todo igual. Cuando estamos juntos, no conseguimos saber quien es bueno, quien es malo, quien es del mal, porque todos nosotros tenemos buena apariencia, gracias a Dios, pero la apariencia engaña e ilude.

Hay mucha cosa que parece ser trigo, pero es joyo; a veces, hay personas que juzgamos: “Aquel no vale nada”, pero en el esta el buen trigo del Señor. Por eso, necesitamos mirar para nuetsro corazón, para que no este el maligno disfrazado en nuestra vida, y este sembrando el joyo en la vida de los demás y en el mundo.

Necesitamos tener cuidado, porque hay muchas personas que se dicen buenas que son de la iglesia, son de Dios, pero son los primeros a sembrar chismes y practicaren la maledicencia. ¿Qué es maledicencia sino esta mala inclinación de hablar mal de la vida de los demás? Somos aquellos que, muchas veces, reciben el buen trigo, la comunión, el cuerpo del Señor en nosotros, pero hacemos mal para el otro, deseamos el mal para el otro, maquinamos el mal para el otro, por eso somos el joyo disfrazado de trigo.

La misericordia de Dios no nos excluye, porque la gracia de Dios espera la purificación, la renovación, la santificación; y si no trabajamos seriamente ni permitimos que la Palabra de Dios haga eso en nosotros, y el hoyo prevalece, lo que va ocurrir es que, cuando Dios viene separarnos, va coger el joyo viejo y este va ser quemado por el fuego.

No pensemos que las personas están en el mundo son joyos, porque, simplemente, nosotros las llamamos de pecadoras y malas. La verdad es que hay muchas maldades, muchas practicas pecaminosas en nosotros, las cuales, simplemente, maquinamos con buenas practicas para parecer que somos trigos, pero no somos trigos tan buenos así.

Que la gracia de Dios renueve, modere y santifique el joyo que creció dentro de nuestro corazón.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.