27 Jun 2020

Volvámonos para el sufrimiento del prójimo

“Al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, suplicándole: Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente” (Mt 8, 5).

¡Que belleza es la actitud de este oficial romano! El hecho de él ser romano y, especialmente, ser oficial, hacer parte del ejército romano, el alejamiento de Jesús, porque él vivía en otro universo y dimensión. Pero, él salió de sus apariencias, de su poderío humano, de aquello que cercaba a él. Él dejo eso de lado, y humildemente, fue se acercando de Jesús.

El verbo “acercar” tiene una importancia fundamental aquí. Acercar quiere decir dejar de estar lejos; porque creamos muchas distancias entre nosotros y entre nosotros y Dios. Él ya tomo la iniciativa, se había alguna distancia entre la humanidad y Él, Él ya bajo, ya está en nuestro medio, ya se encarnó y se convirtió cerca de nosotros.

Hay personas que son así: nosotros nos acercamos de ellas y ellas quedan lejos de nosotros. Sin embargo, Dios está muy cerca de nosotros y se deja encontrar por aquellos que buscan a Él de corazón sincero. Es por eso que sinceramente ese oficial romano fue buscar Jesús y se acercó de Él. Él no se acercó de Jesús solo por causa de él, pero principalmente por causa de su empleado que estaba enfermos, sufriendo, acamado y tomado por una parálisis.

Que bueno si tuviésemos personas preocupadas con el dolor, con la parálisis y con el sufrimientos del otro. Que bueno si tuviésemos jefes que se preocupasen con sus empleados, que bueno si tuviésemos superiores preocupados con su subordinado, no solo con el trabajo que él presenta, con el resultado que ofrece, pero preocupados con su vida. Que bueno si tuviese en la humanidad personas que no miran para el otro de acuerdo con su productividad, pero de acuerdo con lo que él es como persona humana.

Muchas veces, queremos pedir cosas para nosotros y no nos volvemos para el dolor y para el sufrimiento del otro

Es oficial romano presento el sufrimiento de su empleado. Que bueno los corazones humanos se preocupasen con la humanidd del otro y no con la utilidad que el otro pueda tener. Que bueno que tomamos, de hecho, atención con quien nos sirve.

A veces, no damos ni “buenos días” para quien nos sirve un café, para quien esta al nuestro lado, para el sufrimiento y para el dolor de quien camina con nosotros, en el trabajo, en la casa, en la escuela. ¡Que bueno diéramos atención para el otro!

Ese hombre fue escuchado por Jesús porque tenía un corazón convertido, porque se acercó y amó. Nadie se convierte cuando no vive una proximidad con Dios y no vive un amor sin preocuparse con lo que el otro pasa, sufre y enfrenta.

Él no fue pedir nada para sí, él fue pedir para su empleado. Muchas veces, queremos pedir cosas para nosotros y no nos volvemos para el dolor y para el sufrimiento del otro. “Señor, mi vecino pasa por eso”. “Señor, aquella persona pasa por eso”. Es ser capaz de dejar todo que somos para cuidar del otro, eso es conversión, es Evangelio y cambio de vida.

No se ve ningún judío tomar una iniciativa así, no vemos muchos cristianos hacer eso, pero un hombre que era despreciado, porque hacía parte de otro contexto político, él fue con toda su fe buscar la cura de su empleado.

Yo veo, muchas veces, personas que ni creen en Dios, no tiene la misma religión que tengo, pero con mucho amor y más cuidado con la persona cercana. ¡Es momento de rever nuestro prójimo!

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.