“Entonces llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron a llamar. Como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron este recado: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y preguntan por ti.» Él les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos” (Marcos 3,31-34).
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Miren, familia constituida por el llamado de Dios (hemos visto eso anteayer); familia, unida por el vínculo del amor (hemos visto la temática de ayer); ahora, familia extendida. Porque nosotros no somos cristianos de violencia, no somos cristianos de barrio, elitistas, conservadores, carismáticos, libertadores, pero somos criatianos, somo la familia de Dios, somos solo un corazón y una solo alma.
Si nosotros sabemos que una familia existen muchos miembros, ellos son vários: un reza más, uno es más espiritual, el otro es más observador, el otro es más empeñado con situaciones sociales, pero son todos expresiones de una misma familia porque Jesús extendió a Su familia, Él extendió el alcanzar de Su familia en realidades que nosotros no podemos imaginar.
NUestra Iglesia, mis hermanos y hermanas, es una riqueza; tenemos costumbres distintas, tradiciones distintas, liturgias distintas, fiestas distintas, expresiones de fe distintas, porque nosotros somos distintas, somos constituidos así.
Somos la familia de Dios, somos solo un corazón y una solo alma
Cuando Jesús dijo, mirando para aquellos que estaban sentados: “Aquí están mi madre y mis hermanos”, Él ya nos veía, hoy, en el siglo XXI; veía la Iglesia de la América Larina con su riqueza y con su expresión; veía la Iglesia de la Europa con su historia; veía la Iglesia de la Asia, la Iglesia de la Africa, porque Su familia fue extendida.
Entonces, vamos pedir al Señor la gracia de no retroceder, vamos seguir adelante en el respeto a lo que es diferente, manteniendo lo que es esencial y vivo en nuestro medio, que es nuestro amor a Jesucristo. Que cada miembro de esta familia ame Jesucristo.
Ahora, las expresiones de ese amor son várias; hay hijo que nos habla al padre y a la madre “Yo te amo” con las palabras, hay otro hijo que hace eso con un gesto cariñoso; otro hijo hace eso defendiendo el honor del padre y de la madre, hablando bien del padre y de la madre. No existe quien ama más, solos existe quien ama de una forma distinta.
Y nuestra Iglesia es distinta, ella tiene muchos miembros, tiene muchas expresiones. Cuando Jesús da esta respuesta, Él quiso, de hecho, que las personas entiendan que Su familia estaba extendida, no era solo aquel alrededor de Él. Entonces, no es solo nuestro grupo, aquellos que piensan igual a nosotros, aquellos que rezan igual a nosotros, pero somos todos miembros de una misma familia que ama Jesucristo.
Y esto no puede faltar en ningún de estos grupos diversos: amar Jesucristo por encima de todas las cosas con la oración, con la doctrina, con la defensa de la fe, con las obras sociales, ero que todos amén Jesucristo, porque somos Su familia extendida.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
