“La origen de Jesucristo fue así. María, su madre, estaba prometida en matrimonio a José, y, antes de vivir juntos, ella quedo embarazada por la acción del Espíritu Santo. José, tu marido, era justo, y no queriendo denunciarla, decidió abandonar María en secreto. Sim embargo, José pensaba en eso, entonces, el ángel del Señor apareció en sueño y le dijo: “Jose, hijo de David, no tengas miedo de recibir María como tu esposa, porque ha concebido por la acción del Espíritu Santo. Ella va dar la luz en el Hijo, y tu le darás el nombre de Jesús, pues Él va salvar tu pueblo dede tus pecados” (Mateo 1, 1-16.18-23).
Apartir de dentro
Hermanos y hermanas, seguimos las reflexiones y homilías de este mes de setiembre, mes de la palabra de Dios; y la genealogía de Jesús, que escuchamos en el día de hoy, en esta fiesta de natividad de la bienaventurada Virgen María, revela el cumplimiento de la promesa de Dios y de la alianza hecha por Èl y abran y David, mostrando que la historia de la salvación es siempre guiada por Dios por medio de las generaciones humanas, aún en medio a las imperfecciones.
Aún así, Dios actua en la historia y la transforma partir de dentro. Y el nacimiento virginal de Jesús, concebido por el Espíritu Santo, manifiesta el misterio de la encarnación, es decir, Dios entra en la historia para transformarla apartir de dentro, como acabamos de escuchar. Pero Él entra en la historia no por obra de la carne y del sangre, pero por iniciativa divina, que fue concebida por el poder del Espíritu Santo, convirtiendose verdaderamente el Emmanuel, Dios con nosotros.
Pero un destaque también en el texto de hoy para la obediencia de José, que acoge María y el misterio que en ella se realiza. Podemos aprender mucho con el ejemplo de José también en este día, pues el es modelo de fe y disponibilidad al plan de Dios.
¿Será que estamos disponible a los planos de Él para nuestra vida?
José asume la paternidad y el misterio, convirtiendose colaborados de designo divino, también Él así como la Virgen María.
Entonces que, en este día de la Natividad de la VIrgen María, también nosotros tengamos disponibilidad de acoger la iniciativa de Dios que transforma nuestra vida para siempre.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!