“Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” (Jn 15, 12-15).

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Mira, una expresión que aparece en el Evangelio es “así como — “Katos” — , esta expresión quiere ponernos en el descansillo del amor de Jesús. Es en el descansillo del amor de Jesús que nosotros somos llamados a llegar, así como Jesús amó al punto de dar la vida por aquellos que Él ama, así como Jesús nos amó. Eso ya es muy claro para todos nosotros, hasta los paganos saben como Jesucristo amó Sus discípulos.

En el mundo entero, otras religiones también veen la cruz — por ejemplo, esta que está aquí bien al lado del padre, todos los días en la grabación de la homilía — , si hasta los paganos ven la cruz como una señal de amor de Jesús por la vida de Sus discípulos, para nosotros eso necesita ser muy claro, no solo en el nível intelectual, pero nosotros necesitamos experimentar en el corazón la fuerza de ese amo de Jesús.

Es el descansillo del amor de Jesús que nosotros somos llamados a llegar

Nadie es capaz de decir que aquella muerte de Jesús fue una especie de suicidio aún en un acto de heroismo, pero fue amor. Y nosotros necesitamos dejar que esta realidad entre en nuestro corazón, amor que elige el otro antes de sí mismo, amor que prefiere el bien del otro a su propio bien. Por eso, Jesús quisó tejer una relación con nosotros en un nivel de paridad. Él no nos llamó de siervos porque Él quiso realmente amigos y no súbdito. Jesús nos llamo de amigos porque Él quería darnos que Él había recibido del Padre.

Y la amistad tiene ese aspecto, es un amor de paridad, son iguales, nadie es mayor o menos que el otro, pero es un amor de paridad. Jesús quiso elevarnos a esta condición, dándonos todo que Él ha recibido.

El amor de Jesús ha producido libertad y no sumisión, por eso, es amor de amigo. Y, así, deben ser todas las expresiones de amor cristiano. Amor no combina con posesión, amor no combina con celo, amor no combina con envidia, con dominio, con machismo, ni con feminismo y competición.

Por eso, llamo a ti hoy la atención para que tú evalúes la cualidad de su amo, para saber situ estas amando de la forma de Jesús o si tu amos aún estas necesitando ser elevado a esta condición de Ágape – amor que da la vida, amor que olvida los propios interés para pensar en el interés del otro.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!