Que el bien, la bondad, el perdón y la misericordia sean los ingredientes que conduzcan nuestro corazón
“Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio” (Lucas 6,35)
El corazón del discípulo necesita ser semejante al corazón del Maestro. Cuando miramos el corazón de Jesús, encontramos solamente amor; no hay espacio para la venganza, para el odio ni el resentimiento.
Nuestra unión con Jesús lleva nuestro corazón a ser divino y sagrado, porque el corazón humano profanado por el pecado fue santificado por la gracia de Dios. Por eso, los sentimientos de nuestra alma no pueden ser conducidos por los sentimientos del pecado.
Cuando el pecado está en nosotros, inclina nuestro corazón al mal, a devolver el mal a los que nos hicieron mal, a vengarnos de quienes nos perjudicaron, a desear el mal al otro, a hacer algo siempre esperando algo a cambio.
Cuando nuestra alma y el nuestro corazón son purificados por el Sagrado Corazón de Jesús, nuestro corazón tiene sentimientos de amor, no mezcla el bien con el mal; al contrario, tenemos rechazo al mal, no permitimos que entre en nosotros. Hacer el bien es propio del que tiene bondad en el corazón. Quien tiene la bondad de Dios en su alma tendrá también bondad en sus actitudes y actos.
Necesitamos reencontrar en nuestra vida el sentido de gratitud, porque, en el mundo en que vivimos, todo se hace a cambio de algo. Perdemos el sentido genuino de hacer el bien por el bien, a pesar de no recibir ni siquiera un “gracias”. Hay muchas personas reclamando: “Fui bueno con fulano, pero ni “muchas gracias”, me dijo”. Es malo tener un corazón ingrato, pero es peor hacer algo, por más bueno que sea, esperando gratitud y reconocimiento. Nuestro reconocimiento viene de lo Alto, del Cielo que nos bendice. Intentemos seguir los pasos del Maestro, que hace el bien sin mirar a quien, y nunca se cansó hacer el bien.
Que el bien, la bondad, el perdón y la misericordia sean los ingredientes que conduzcan nuestro corazón; así, tendremos siempre salud y paz en nuestra alma.
¡Dios te bendiga!