18 Jan 2022

¡Que tengas Cristo en tu vida, todos los días, incluso en el día de sábado!

“Los fariseos dijeron a Jesús: Mira lo que están haciendo; esto está prohibido en día sábado. El les dijo: ¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David cuando sintió necesidad y hambre, y también su gente? Entró en la Casa de Dios, siendo sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes; y les dio también a los que estaban con él. Y Jesús concluyó: El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Sepan, pues, que el Hijo del Hombre también es dueño del sábado” (Mc 2, 24-28).

Jesús parece un transgresor de la ley, fuera de la ley. Para un judio devoto, Él comienza a hacer cosas extrañas: toca leprosos; perdona los pecados; Él habla con samaritanos; Él se acerca de las mujeres; come con los pecadores; cura en día de sábado; llama a Dios de Padre. Jesús comienza a hacer cosas extrañas.

La palabra transgredir significa ir más allá, viola un limite. Existen dos formas de transgredir: una es tener consciencia de mi limite y el pasa para agredir, para engendrar violencia sobre el otro, o, en el caso de Dios, querer ofenderlo. El otro es cuando ir más allá es para engendrar comunión; es para llegar hasta el otro y darle la vida, dar a él una posibilidad de ser quien él es. Entonces vemos esta actitud de Jesús, la “transgresión de Jesús”, en realidad, es que Él llegue hasta nuestros corazones.

Vivamos de Cristo y tengamos como alimento, incluso en el sábado, en el domingo, lunes y martes. ¡Cristo siempre en nuestra vida, todos los días!

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El día de sábado, este, es sinónimo de Dios; y el hombre fue hecho para Dios. El campo de trigo, que aparece en la pasaje de hoy, es la imagen del propio Cristo: el trigo que convierte pan; el Pan que se convierte el cuerpo del Señor. Los discípulos están recurriendo el campo, es decir, están siguiendo sobre la vida de Jesús, ellos están lado a lado con el Maestro. ¡Cristo es el alimento! O vives de Él o estas muerto; o vivo de Él o estoy muerto. Es la misma dinámica de saber aprovechar de la presencia de Jesús.

Aquí, no se trata despreciar la indicación de la ley sobre aquello que es correcto o equivocado, no es eso; y sí sumergir solo en lo que es correcto, vivir de Cristo es tener a Él como alimento, incluso en el sábado, en el domingo, lunes y martes. ¡Cristo siempre en nuestra vida, todos los días! ¡Como es lindo en nuestra Iglesia la posibilidad de hacernos la comunión diaria! Pues, nuestro alimento diario es Cristo.

Jesús responde a la acusación ao poner en el centro a la imagen de David, que era la imagen del Mesias. El pan que Él come junto con sus compañeros era el pan que quedaba delante de la Arca de la alianza, era el pan santísimo. Y, aún así, Él comió y dio a sus compañeros.

Mis hermanos, nosotros fuimos hechos para las cosas santísimas; Dios nos creo a Su imagen y semejanza. Fuimos hechos para convertirnos como Dios, – “¡Que podéis ser santos porque vuestro Padre del Cielo es santo!” -, capaces de dar la vida por los hermanos. Nosotros somos llamados a esta libertad; nosotros somos llamados a este estilo de vida: obedeciendo a los Mandamientos del Señor; viviendo la ley del Señor todos los días en nuestros comportamientos y en cada decisión, pero viviendo, por encima de todo, debajo de la ley del amor, que es Cristo, nuestro alimento.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!

Pai das Misericórdias

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