“Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores»” (Lucas 7,12-13).
Mis hermanos, acompañamos, ayer, el Señor que estaba en Cafarnaum y, hoy, el Señor esta en Naim. Esta viuda era de Naim – hizo un breve calculo, hizo una pesquisa, y Cafarnaum queda a 52 kilómetros de Naim, alrededor de 52 kilómetros; de coche es rápido, de coche da una hora, pero a pie son 10 horas -, Jesús estaba en Cafarnaum y fue a Naim, para decir el siguiente, mi gente: que Neustro Señor Él va, Él fue hasta aquellos que más necesitaban.
¡No sé cuanto tiempo Nuestro Señor está ahí de usted, no esta hace mucho tiempo no! Ahora, Él ya puede estar contigo, pero Él recurrió camino y más camino para lograr a los paganos y aquellos que creían. Aquellos que creyeron y aquellos que no creían son objetivos de la misericordia del Señor. También por ellos, el Señor tiene compasión. Y aquí nosotros escuchamos: el Señor tuvo compasión de aquella viuda.
Mi gente, con el perdón de la palabra, la vida de ella, de hecho, era sin gracia, era una vida desgraciada. ¿Por que? Porque era viuda, no podía contar entonces con el marido, había un único hijo y tu hijo estaba muerto. ¿Cómo ella haría para sobrevivir? Posiblemente, tendría que prostituir.
Tengamos compasión de los necesitados, y así que Nuestro Señor actúa con nosotros
¿Estas viendo? El Señor tuvo compasión de aquella mujer, devolvió a ella la dignidad: “Mira, tu no te vas a perder, porque voy salvar tu hijo, voy darle la dignidad”. Nuestro Señor devolvió la dignidad para aquella mujer, tuvo compasión de aquella mujer y resucito su hijo.
Es interesante las actitudes que Nuestro Señor tuvo: el Señor tuvo, entonces, compasión; el Señor se acercó de aquella mujer, de aquel cortejo fúnebre y el Señor actuó, el Señor tocó en el cajón .
Mis hermanos, son actitudes que el Señor tiene para con nosotros y que nosotros también debemos tener para con los nuestros. Ten compasión de los necesitados, vamos acercarnos de los necesitados, es así que Nuestro Señor actúa con nosotros; y vamos también tocar, involucrarnos con estes que necesitan. Fue eso que Nuestro Señor hizo.
Deseo, hoy, que el Señor logre tu que te encuentras así, como esta viuda, desesperada y sin fe. ¡Crea! Nuestro Señor se acerca de ti y Él tiene compasión de ti, Él se acerca y Él también toca tu corazón. ¡Crea y acoge!
Y, de la misma forma que Jesús actuó con nosotros, vamos también actuar con los nuestros, tengamos compasión también de nuestros hermanos, acerquémonos de nuestros hermanos y nos involucramos. Vamos tocar, vamos actuar y ayudar estos hermanos desesperados.
El Señor vino al encuentro, tuvo compasión de nosotros. Seamos compasivos con los nuestros.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
