“Por eso estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor. Fíjense en esto: si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa.” (Mateo 24,42-43).

Mi hermano, mi hermana, estamos nos encaminando para el final del Evangelio de Mateo. Y como ya decía, y como revela el Evangelio, siguiendo para el final de los tiempos; el Evangelio, sigue para el camino de los finales de los tiempos; el Evangelio muestra el tiempo del juicio, entonces, es un tiempo de vigilancia, es un tiempo de atención. “Quedate atentos, porque no sabes en que día vendrá el Señor”.

¿Cuál es el día que vendrá el Señor? Nosotros no sabemos, Él puede venir hoy mismo, puede venir mañana, puede venir de unos 10 años, a 100 años. Correcto es, nosotros necesitamos estar preparados para cuando el Señor volver.

Y después, el Señor aún contó una parábola, una historia diciendo del empleado fiel y del empleado malo. El empleado fiel es responsable, y él va cuidar de los demás empleados dando la comida en el momento correcto. Ya el empleado malo golpea el otro, hace mal al otro, come, bebe y, en el día que el Señor volver, va entonces chequear que aquel empleado no ha vivido lo que él tenía que vivir.

Ayudanos, Jesús, a vigilar, a servir por amor y en el amor

Mis hermanos, nosotros todos somos hijos de Dios, somos todos responsables por nuestra vocación, por nuestro camino. Y como responsables que nosotros somo, como empleados que nosotros somos del Señor también debemos servir a nuestros hermanos. Somos empleados servidores, somos hijos de Dios, servidores. Y el Señor, cuando volver, desea que nosotros estemos atentos, desea que nosotros esté vigilantes. ¿De que forma el cristiano está vigilante? En la oración. ¿De que forma el Señor, el cristiano está vigilante? en el servicio a los hermanos.

Quien no vive para servir no sirve para entrar en el Reino de los Cielos. Nosotros tenemos que servir, nosotros tenemos que amar nuestro Señor. ¿Cómo servir? ¿Cómo vigilar, padre? En las cosas sencillas del día a día, en la oración, en la vida sacramental, en el trabajo honesto, en la evangelización comprometida, en el servicio de amor discreto al prójimo que solo el padre ve.

Nosotros somos contratados por el Reino de Dios, fuimos contratados por nuestro Señor. Donde tu estas, viva el servicio a Dios, ama tu hermano, amemos nuestro prójimo, porque el Señor va volver, y que él nos encuentre vigilantes, que Él nos encuentre sirviendo nuestros hermanos, viviendo lo que nosotros debemos vivir. Ayudanos, Jesús, a vigilar, servir por amor y en el amor.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!