Interpretar las señales de los tiempos y reaccionar de acuerdo con el Evangelio
Hoy vamos a aprender, en el Evangelio de San Lucas, a interpretar los signos y a reconciliarnos con Dios. Este es el trasfondo: interpretar los signos y reconciliarse con Dios. El Evangelio nos dice lo siguiente: “Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo entonces no sabéis interpretar el tiempo presente?” (Lucas 12,54-59).
Inteligencia espiritual y responsabilidad moral
¡Mis hermanos y hermanas, miren qué interesante nos trae el Evangelio de hoy! Es una llamada de Jesús a la inteligencia espiritual y a la responsabilidad moral ante la vida.
Él nos invita a mirar, con más atención, los signos de los tiempos y a reaccionar de forma coherente con el Evangelio. Aquí está la gran clave del Evangelio: interpretar los signos de los tiempos y reaccionar de acuerdo con el Evangelio.
Una crítica a la hipocresía
Es lo que muchos cristianos todavía no están logrando discernir. Y Jesús quiere ayudarnos, a través de este Evangelio, a trabajar estas realidades. Por eso Él critica la hipocresía de quien sabe prever el futuro, pero no reconoce los signos espirituales que Dios pone ante nosotros.
Esto es un pecado grave, querer saber de los acontecimientos futuros sin la óptica de Dios. Por eso, mis hermanos y hermanas, basémonos en la verdadera Doctrina de la Iglesia Católica, que nos lleva al conocimiento de la verdad y nos aleja del mal, de religiones ocultas, de religiones que solo quieren saber de prever el futuro, pero no traen nada de eterno, de aquello que estamos buscando y para lo cual fuimos llamados a vivir. El Señor está criticando justamente eso.
Hoy, también somos rápidos en interpretar tendencias políticas, cambios tecnológicos, mercados financieros, pero lentos en percibir los signos que Dios nos da.
¿Es o no es verdad que estamos preocupados mucho más con aquello que es terrenal, que con aquello que es eterno? Jesús habla así, mis hermanos y hermanas, no para traer un peso para nuestra alma, sino para orientarnos hacia la verdad. Para eso, Él necesita ser firme.
La verdad que libera
En los tiempos de hoy, las personas no quieren la firmeza del Evangelio; prefieren, disculpen que lo diga así, la mentira del mundo que falsea la verdad y trae un consuelo al corazón, sin embargo, pasajero. Después, viene el vacío y la tristeza.
El Evangelio, aun siendo duro, nos trae la verdad que nos libera y que nos pone ante lo que son los signos de Dios.
Sé, mi hermano, mi hermana, un hombre de oración para discernir cuál es la voluntad de Dios y lo que el mundo nos ofrece.
Que Dios nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!
Interpretar las señales de los tiempos y reaccionar de acuerdo con el Evangelio
Hoy vamos a aprender, en el Evangelio de San Lucas, a interpretar los signos y a reconciliarnos con Dios. Este es el trasfondo: interpretar los signos y reconciliarse con Dios. El Evangelio nos dice lo siguiente: “Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo entonces no sabéis interpretar el tiempo presente?” (Lucas 12,54-59).
Inteligencia espiritual y responsabilidad moral
¡Mis hermanos y hermanas, miren qué interesante nos trae el Evangelio de hoy! Es una llamada de Jesús a la inteligencia espiritual y a la responsabilidad moral ante la vida.
Él nos invita a mirar, con más atención, los signos de los tiempos y a reaccionar de forma coherente con el Evangelio. Aquí está la gran clave del Evangelio: interpretar los signos de los tiempos y reaccionar de acuerdo con el Evangelio.
Una crítica a la hipocresía
Es lo que muchos cristianos todavía no están logrando discernir. Y Jesús quiere ayudarnos, a través de este Evangelio, a trabajar estas realidades. Por eso Él critica la hipocresía de quien sabe prever el futuro, pero no reconoce los signos espirituales que Dios pone ante nosotros.
Esto es un pecado grave, querer saber de los acontecimientos futuros sin la óptica de Dios. Por eso, mis hermanos y hermanas, basémonos en la verdadera Doctrina de la Iglesia Católica, que nos lleva al conocimiento de la verdad y nos aleja del mal, de religiones ocultas, de religiones que solo quieren saber de prever el futuro, pero no traen nada de eterno, de aquello que estamos buscando y para lo cual fuimos llamados a vivir. El Señor está criticando justamente eso.
Hoy, también somos rápidos en interpretar tendencias políticas, cambios tecnológicos, mercados financieros, pero lentos en percibir los signos que Dios nos da.
¿Es o no es verdad que estamos preocupados mucho más con aquello que es terrenal, que con aquello que es eterno? Jesús habla así, mis hermanos y hermanas, no para traer un peso para nuestra alma, sino para orientarnos hacia la verdad. Para eso, Él necesita ser firme.
La verdad que libera
En los tiempos de hoy, las personas no quieren la firmeza del Evangelio; prefieren, disculpen que lo diga así, la mentira del mundo que falsea la verdad y trae un consuelo al corazón, sin embargo, pasajero. Después, viene el vacío y la tristeza.
El Evangelio, aun siendo duro, nos trae la verdad que nos libera y que nos pone ante lo que son los signos de Dios.
Sé, mi hermano, mi hermana, un hombre de oración para discernir cuál es la voluntad de Dios y lo que el mundo nos ofrece.
Que Dios nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!



