12 Apr 2019

Seamos tolerantes con los demás

“Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?” (Jn 10, 31).

Coger piedras en las manos para tirar en alguien significa que nosotros rechazamos aquella persona, queremos vernos libres de ella, de aquella situación, de aquella que ella habla, porque nos incomoda.

La practica antigua o la practica de la ley judaica mandaba tirar piedras en quien blasfemar, quien trajo una ofensa grave a la vida, especialmente, en la relación con Dios. Hoy, gracias a Dios, no cogemos más en piedras para tirar en las personas, pero es verdad que estamos viviendo en una sociedad muy agresiva, y las piedras que usamos, muchas veces, son más pesadas que las piedras físicas y materiales.

¡La forma como las personas se dirigen unas a otras para tirar piedras, para intentar una contra las otras, la violencia moral y verbal que vemos en las redes sociales! Muchas veces, vemos en las calles que las personas se convierten más intolerantes unas con las otras. Lo que cierto grupo religioso de la época perdió fue la tolerancia para con Jesús. La tolerancia no es porque el otro esta equivocado, es porque no toleramos ser contrariados, no aceptamos que el otro hable lo que esta de acuerdo con lo que queremos, pensamos y creemos.

La intolerancia llevo Jesús a la muerte y, muchas veces, nosotros que también seguimos Jesús tenemos las mismas practicas religiosas, nos convertirnos también intolerantes dentro de nuestra propia casa, de nuestra iglesia, de nuestros grupos y trabajos. No aceptamos ser contrariados, tampoco cuestionados; queremos todo el mundo pensando de la misma forma que nosotros.

La tolerancia no es porque el otro esta equivocado, pero porque no toleramos ser contrariados

Si hay guerras ideológicas en el mundo, muchas veces, transformamos nuestra religión en ideología para combatir otros, para crear guerras religiosas, para, nuevamente, llamarnos cruzadas y muchas cosas en nombre de una pretensa fe.

No tiremos piedra nuevamente en Jesús, no permitamos que Él tiren piedras en nombre de nuestras convicciones religiosas. No tenemos el derecho de agredir nadie, de golpear en nadie, de combatir nadie, que no sea testimonio de nuestra fe. Nada, sin embargo, justifica agresión física, moral, verbal y psicológica. Nada justifica entrarnos en los ruidos del mundo y traernos el peor del mundo para dentro de nuestra vivencia de fe.

Jesús murió, quisieran tirar piedras en Él porque no aceptaron a Él, porque se convirtieron intolerantes y no toleran la presencia de Él.

Hermanos, seguidores de Jesucristo, aprendamos a convivir, a respetar y a lidiar con el diferente, es la respuesta más cristiana y amorosa que podemos dar. Ella es mucho más importante que nuestros dogmas y enseñanzas religiosas.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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