21 Dec 2018

Seamos portadores de la gracia de Dios

El esencial es que seamos portadores de la gracia de Dios en un mundo tan carente de la presencia divina

“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá” (Lucas 1 ,39).

Hoy, contemplamos la Virgen María, aquella que se pone a camino del servicio del amor. María había acabado de recibir el anuncio del arcángel Gabriel, anunciado que ella seria la Madre del Salvador.

María no quedo parada en sí mismo, se engrandeciendo, se exaltando, por el contrario, ella fue llevar el Dios que estaba en ella al encuentro del prójimo. ¿Quien es el prójimo? El prójimo es aquel que ponemos en nuestro camino, porque existen aquellas personas de las cuales salimos, aquellas que quitamos de nuestro camino, pero el prójimo es aquel que ponemos en el camino para servir, para llevar Dios hasta él.

Cuantos, en nuestro medio, necesitan que seamos portadores de la gracia y de amor de Dios. María es la puerta por el cual el Señor entró y permaneció, pero ella es la puerta que se abre para que el Señor sea guiado y amado. Ella es la portadora de Dios para nuestros corazones.

Nuestro corazón necesita ser una puerta abierta por donde la gracia de Dios entra y pueda habitar en nosotros. Nuestro corazón necesita ser una puerta abierta para que llevemos Dios al corazón de los hombres, para que llevemos a Él a corazón del prójimo.

Estamos muy ocupados con nuestras tareas, obligaciones, correrias de la vida, me quedo pensando como cada uno esta corriendo para preparar la Cena de Navidad, fiesta de fin de año, compras, regalos, shopping, tiendas y todo aquello que se convierte parafernalias de este fin de año. Muchas veces, todos estos acontecimientos nos quitan del foco, del esencial y del fundamental.

El esencial no es el regalo material que podemos llevar a alguien; el esencial es que seamos portadores de la gracia de Dios en un mundo tan carente de la presencia divina.

Seamos como María, vamos salir de nuestros lugares, de nuestras acomodaciones y llevemos la presencia de Dios a los corazones sedientos como nuestro del Dios vivo, verdadero y real.

El mejor regalo que Dios nos dio fue su presencia real, viva y verdadera en nuestro medio. El mejor regalo es ser presentes en la vida del otro, llevando el Dios que creemos y esta en nuestro medio.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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