“Bernabé era un hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe. Y una multitud adhirió al Señor” (He 11, 24).
Hoy, la Iglesia nos da la gracia de celebrar San Barnabé, compañero del apóstol Pablo en la evangelización. Mira la importancia que Barnabé tiene en la iglesia de Antioquia, porque es su exhortación que lleva muchos a no desanimar en la fe y otros muchos a aderiren a ella. ¿Que Barnabe tiene?
Las tres virtudes que la Palabra de Dios nos apunta sobre lo esencial para nosotros en la evangelización, en las relaciones y en el mundo en que estamos. Barnabé era un hombre bueno, la generosidad hacia parte de su vida y de su corazón, no era apegado a los bienes materiales y todo lo que él tenía distribuya para la iglesia, para la evangelización, para ayudar los más pobres y necesitados.
Corazón generoso y bondoso, él transmitía bondad en todo que hacia. Jamás Barnabé dejaba que el mal saliera de sí mismo, pero hacia con que el bien y lo que es bueno estuviera presente en todas sus acciones.
Necesitamos combatir el mal, necesitamos extirpar las acciones del maligno siendo personas buenas, transmitiendo bondad en lo que hacemos, exprimiendo bondad en nuestros gestos y acciones.
Barnabe era un hombre lleno del Espíritu Santo, era un hombre transformado por la gracia del Espíritu. Y el Espíritu que estaba en Barnabe hablaba por sus palabras, por sus gestos y actitudes.
Un hombre lleno del Espíritu Santo transforma tu corazón, tus emociones, sentimientos y afectos, todo pone sobre la acción y dirección del Espíritu Santo. Un hombre lleno del Espíritu Santo se deja guiar por el Espíritu, se deja ser moldado, deja que el Espíritu guie lo que él no entiende, no comprende y, muchas veces lo deja impotente.
La fe intrépida, la fe da confianza, de la entrega, de la seguridad y de la convicción de que Dios hace nueva todas las cosas
Todo él entrega la acción del Espíritu, y es Él quien guía, inspira, es él quien vence el miedo, los temores y recelos. Muchas veces, hacemos las cosas de Dios con muchas proyecciones humanas. La prudencia es necesaria, pero no podemos perder la intrepidez del Espíritu.
La intrepidez del Espíritu en Barnabe hizo con que él fuera un hombre de mucha fe. La fe de la osadía, la fe intrépida, de la confianza, de la entrega, de la seguridad y de la convicción de que Dios hace nueva todas las cosas.
Un hombre intrépido en la fe se deja ser osado por Dios y se convierte osado en lo que realiza en nombre de Él. Un hombre y una mujer del Espíritu son buenos. Él es un hombre generoso; ella, una mujer generosa. Pero, por encima de todo, son de una fe intrépida, osada, coraje, y no temen, delante de ninguna dificultad, llevar la gracia del Espíritu.
¡Dios te bendiga!
