01 Jun 2025

Recibir la promesa

“Vosotros sois testigos de estas cosas. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte, permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto. Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo” (Lucas 24,48-53).

Futura elevación

Hermanos y hermanas, celebramos, en este domingo, la solemnidad de la ascensión del Señor a los cielos.

Entonces, con gran alegría, el domingo, nos presentamos con nuestro corazón abierto para acoger la Palabra del Señor y para vivir también la Eucaristía en este día, junto con toda la familia. Entonces, participe, la invitación es para que usted participe verdaderamente con el corazón abierto en la Eucaristía de la Santa Misa.

Y el texto que acabamos de escuchar, en este domingo de la ascensión del Señor, es el momento en que Jesús, ya glorificado, va junto al Padre, pero deja una promesa.

Durante toda esta semana, nos preparamos para vivir esa promesa, que es recibir el Espíritu Santo.

Pero, ¿qué es la ascensión?

La ascensión no es un abandono. Aparentemente, ¿Jesús sube y nos deja aquí abandonados? No es eso. La ascensión, en verdad, es la permanencia de Cristo en medio de nosotros. Pero en un nuevo modo de existencia que será revelado en la experiencia que viviremos en Pentecostés.

Él, que en la Última Cena ya había señalado el modo de existencia sacramental cuando dijo “haced esto en memoria mía” –en la institución del sacerdocio–, cuando también dijo “esto es mi cuerpo” en la institución de la Eucaristía, ahora, nos inserta en un dinamismo de misión con la promesa del Espíritu Santo durante esta experiencia de la ascensión.

La misión de los discípulos es testimoniar a Cristo en el mundo; esta es nuestra misión, testimoniar a Cristo en este mundo.

La alegría de la ascensión, hermanos y hermanas, es la esperanza de nuestra propia y futura elevación al cielo junto con Dios.

Constante y cotidianamente, vivimos pequeñas experiencias donde somos, por la gracia de Dios, elevados y tocados para hacer Su voluntad.

Que, en este domingo de la ascensión, también su corazón esté preparado para ser elevado en espiritualidad, pero también para recibir la promesa del Padre, que es el Espíritu Santo.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Edison Oliveira

Padre Edison Oliveira é brasileiro, membro da Associação Internacional Privada de Fiéis – Comunidade Canção Nova no modo de compromisso do Núcleo.

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