“Pero el Señor le dijo: ¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia” (Lc 11, 39).
El fariseo estaba admirado porque Jesús no lavo las manos antes de comer. El fariseo estaba preocupado con las cosas externas. ¿Sabe esta nuestra manía, forma y vicio terrible de todo juzgar? Algunas cosas hasta hacernos cuestión de comentar, reparar, la persona vive reparando en la vida de los demás. Cuando no hablamos expresamos en los sentimientos; la mirada de condenación, de reparación ya habla. Esta persona vive de reparar en la vida de los demás.
Tu puedes tener seguridad, quien repara en la vida de los demás no cuida de su corazón. Quien cuida de su corazón no tiene tiempo de reparar en la vida de los demás, porque hay muchas cosa para cuidar dentro de sí que no va perder tiempo juzgando nadie.
No podemos ser fariseos porque la mentalidad farisaica y hipócrita es esta: ella limpia el vaso, toco esta maravilloso, ella limpia todas las cosas externas, la casa. La apariencia esta maravillosa, ella hace tratamiento de piel, todo esta limpio, pero el interior no cuida.
No estoy hablando que no necesitamos cuidar del exterior, por el contrario, tenemos que cuidar, lavarnos, hacer lo mejor por nosotros, pero el mejor que podemos hacer por nosotros comienza por dentro y no por fuera. De nada vale mucha aplicación para cuidar del cuerpo que va perecer y no cuidarnos del corazón, o dejarnos evanecer y, así, él se flagela.
Quien cuida de su corazón no tiene tiempo de reparar en la vida de los demás porque hay mucha cosa para cuidar dentro de sí mismo
Para no sernos fariseos en la vida, es necesario cuidar del interior. No podemos negar que dentro de nosotros hay muchas cosas buenas: tenemos generosidad, bondad y amor, pero no hay que negar que acumulamos las basuras del mundo. Si acumulamos en el cuerpo, si salimos para caminar más afuera, pasamos un día trabajando, llegando en casa necesitamos bañarnos para quitar las impurezas que, durante el día, absorbemos. ¿Imagina lo que no absorbemos dentro de nuestro corazón, dentro de nuestra alma, dentro de nuestro ser?
Por eso, es importante cuidarnos de purificar aquí dentro, porque la apariencia ilude y engaña, esta todo muy bien y maquillado. No se dejes llevar por las apariencias de las redes sociales. En la red social todos son bonitos y maravillosos, todos solo tiene cosas buenas para contar, todos esta en aquella maquillaje, esta mostrando cosas lindas y maravillosas.
No dejes engañar ni engañes a sí propio. No es para todo el mundo parecer depresivo, deprimido, para bajo, pero necesitamos de la humildad de cuidarse a cada día. Cuidar del interior, del alma, del corazón, aplicarse con determinación para la purificación del alma y de los sentidos, para que el exterior corresponda lo que esta dentro de nosotros.
¡Dios te bendiga!
