27 Jun 2022

Que tu adhesión al amor de Cristo ayude otras personas

“Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le contestó: «Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza. Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre. Jesús le contestó: Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.” (Mateus 8,19-22).

Muy bien, hermanos, la palabra de Dios esta nos animando al discipulado, pero cuidado, porque propósitos muy altos, muchas veces, pueden ser inalcanzable. Nuestra vida cristiana es una progresión, vamos gradualmente adhiriendo al Señor y llegando a nivel de santidad, de conversión de vida, que, justamente nos de la capacidad de lidiar bien con nuestras miserias y debilidades.

Pero cuidado con aquellos altos propósitos, aquellas grandes promesas, especialmente, en el periodo que va comenzar la Cuaresma, en el periodo de Adviento. Hacemos muchas promesas, muchos propósitos y, después, no alcancemos nada. Vamos discernir, vamos tener la capacidad de discernir entre el amor por Jesús y aquel amor ideal por Jesús. El real y el ideal.

Porque estos días que se presentarán aquí (maestro de la Ley y un otro de los discípulos) llegaran muchos eufóricos, llegaran dispuestos a todo, pero, después, las condiciones fueron siendo puestas.

Que mi adhesión a Cristo me haga mejor para las personas, para ayudarlas a tambien encontrar el amor de Dios

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El amor idea, que nosotros tenemos aquí, él puede ocultar las expectativas. El amor ideal puede, muchas veces, ocultar las ideas erróneos que nosotros tenemos sobre Jesús; proyectos personales, deseos de llenar los vacios de nuestro corazón. ¡Es eso! Podemos, muchas veces, ponernos en el seguimiento de Jesús pensando que eso va llenar los vacios de nuestro corazón y, por eso, yo sigo a JEsús. ¡No, no! Eso es amor ideal.

Ahora, vamos para el amor real, vamos tocar la realidad, es aquel que parte justamente del concreto, aquel que crece gradualmente – “Ese paso yo consigo dar”, “Esta situación yo voy dejar”, “Voy crecer”, “Voy madurar”.

Ese es el amor real que expone las cosas, que nace espontáneamente. No es obligado a nada. Es un amor que es oblativo, y aquí la diferencia: mientras el otro quiere llenar sus vacios, el amor real tiene la necesidad de llenar el vacío de los demás. No el mío, pero que mi vida llene el vacío de alguien, que mi adhesión a Cristo me haga mejor para las personas, para ayudar las personas también a encontrar el amor de Dios. Aquí ya hacemos este discernimiento: del amor ideal y del amor real. ¿Cual tu estas viviendo hoy?

No elegir algo en la vida es muy complicado, el final del Evangelio termina diciendo: aquel hombre quería primero sepultar su padre, nunca hacía la opción. Porque, en época de Jesús, un sepultamiento duraba mucho tiempo, era algo demorado, no es como hoy que, en el mismo día, se sepulta; eran días; y el lucho duraba días. Aquella persona, en verdad, sufría de aquel mal de la procrastinación, de adiar su adhesión a Cristo.

Existen opciones que necesitamos hacer hoy y ahora, sino vamos vivir la vida entera como muertos, porque quien no elige algo en la vida ya esta muerto.

Entonces, pidamos al Señor, hoy, que nuestra adhesión sea inmediata Su Palabra y podamos crecer poco a poco en Su gracia y lleguemos a la estatura del hombre perfecto, que es Jesucristo.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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