29 Aug 2021

Purifiquemos nuestro interior de todos los males

“Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre” (Mc 7, 21-23).

Tu ves que los fariseos y los maestros de la Ley están creando cuestiones con Jesús alrededor de las prácticas exteriores: comer o no comer sin lavar las manos. Sabemos que es importante lavar las manos para comer, aún más en los tiempos en que estamos viviendo. Descubrimos, más que nunca, que la higiene de las manos y del cuerpo en sí es fundamental, pero la grandeza del corazón del hombre, lo que se habla que el ser humano es, no son estas prácticas, eso es obligación higiénica.

Ellos estaban observando como es que eran lavados, como la jarra eran lavadas, como cada plato era lavado. ¿Sabe aquella persona que está en tu casa y repara en todo? Repara incluso donde puso eso, donde puso aquello. Disculpa, donde yo pongo cualquier cosa en mi casa, no quiere decir lo que soy. Si yo pongo una camisa y pongo para dentro o fuera del pantalón, no quiere decir quien soy yo.

¡Cuidado! Porque nosotros estamos queriendo evaluar, juzgar, decir, determinar quien son las personas en sus prácticas externas, y estamos olvidándonos de mirar para nuestro interior. Es de dentro del corazón humano que salen las malas intenciones, las maldades, las fraudes; es de dentro de nuestro corazón que sale el libertinaje, la calumnia, el orgullo, la falta de juicio y todas las intempéries. Es decir, necesitamos cuidar de nuestro interior, purificar nuestro interior.

Necesitamos cuidar de nuestro interior, purificar nuestro interior

Bañarse es muy bueno, y ahí de nosotros si no tomamos por lo menos una ducha por día; hay quien se lava dos, tres… ¡Pero eso no te convierte en una persona mejor o peor que las otras, incluso puede hacer de ti una persona más higiénica, y que sea higiénico mismo! Yo no hago competición de bañarse, de cuantas veces lavo las manos, de cuantas veces pasó alcohol gel en mis manos, pero yo sé que para ser un ser humano mejor, una persona mejor, para ser un cristiano auténtico, necesito purificar mi corazón todos los días.

Si yo necesito hacer higiénico corporal todos los días, tu imagina cuanto más yo necesito hacer mi higiene mental, mi higiene emocional, mi higiene interior, pero es cuestión de higiene mismo, es cuestión de purificación mismo. Porque estas cosas entran en nosotros y, muchas veces, no salen de nosotros, ellas quedan en nosotros. Comenzamos a pensar mal de alguien y aquel mal queda en nosotros, comenzamos a tener mal juicio de alguien, ese mal juicio queda impregnado en nosotros, dejamos las impurezas, los adulterios, las cosas impuras de este mundo entrar en nosotros y no nos purificamos.

Lee más y conozca:
.:Los purificaré de toda impureza
.:El tesoro de la fe y su vivencia diaria

La purificación por la penitencia, por la renovación interior, por la confesión, por el arrepentimiento, por la oración; estas cosas malas quedan dentro de nosotros y, poco a poco, comenzamos a poner para fuera la mirada, la boca. Los sentidos están exprimiendo lo que nosotros guardamos, aquello que nosotros no purificamos.

Miremos para el corazón puro de Jesús, miremos para el corazón inmaculado de María; y pidamos que Dios purifique nuestro corazón de todo mal, para que no quedemos en las prácticas externas sin purificar nuestro interior.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.