02 Jun 2022

Promueva la unidad pensando en las necesidades del otro

“La multitud respondió: «Estás poseído por el demonio: ¿quién quiere matarte?». Jesús continuó: «Por una sola obra que realicé, ustedes están maravillados” (Jn 17, 20-21).

Ve la oración que Jesús hace. Estamos – como dijo ayer – nos llamados “discursos de despedida de Jesús”. Y nuestro Señor hace una oración al Padre del Cielo; Él esta rezando. Mira que bonito, somos objetivos de la preocupación amorosa de Jesús.

Jesús no esta atento solo a las necesidades de aquellos discípulos que comenzaran con Él; no es solo los Doce que son objetivos de esta oración de Jesús, pero Él extiende esta oración para todos aquellos que van creer en Su nombre. Es decir, yo y tu, somos objetivos de la preocupación amorosa de Jesús.

Y aquí una preocupación que es sana, es una preocupación que debería enseñarnos mucho que es cuando pienso en el otro, cuando me pongo en el lugar del otro, olvido de mi y me preocupo con el otro. Esta es una preocupación muy sana que todos nosotros deberíamos experimentar más veces.

Muchas veces, nos preocupamos con cosas tan inútiles, nos preocupamos solo con nuestras necesidades, con nuestro propio ombligo y eso nos hace tanto mal, eso nos quita la paz. Pero esta sana preocupación con el otro nos ayuda mucho. Hace más de dos mil años atrás, yo era contenido de la oración de Jesús. Eso es muy fuertes, hace más de dos mil años atrás, yo y tu, eramos contenido de la oración de Jesús, Él nos puso delante del Padre del Cielo.

Promueva la unidad pensando más en el otro, olvidándose un poco más de ti

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Jesús quería que yo y tu pudiera sentimos justamente dentro de aquel grupo, aquel grupo amado, tan amado por Él, haciendo parte justamente del numero de Sus discípulos amados. Antes de mí, cuantos vinieran; ahora, después de mí también, cuantos vendrán. Eso nos enseña mucho, nos enseña la comunión, nos enseña a pensar en el otro, nos enseña a salir de nosotros mismo y a expandir un poco más nuestra mirada en una atención también a las necesidades del otro.

Mira que cosa linda, esta unidad ininterrumpida, es decir, durante todos estes años, todos estos siglos, la unidad querida por Jesús fue reservada: la unidad dentro del corazón y la unidad fuera con los hermanos.

Tenemos como modelo la Santísima Trinidad, la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la comunión de amor entre las tres personas de la Santísima Trinidad. La comunión se convierte para nosotros un espejo, una forma para que nosotros también imitemos, porque el Padre esta totalmente vuelto para el Hijo, el Hijo totalmente vuelto para el Padre y para el Espíritu; el Espíritu totalmente vuelto para el Padre y para el Hijo.

Esta comunión de amor nos habla mucho, también necesitamos cultivar esta unidad, unidad querida por Jesús, unidad que Jesús rezó para que justamente ocurriese. Entonces, responsabilidad en nuestras manos de promover esta unidad, no en la realidad macro, muy lejos de nosotros, pero en la realidad micro, dentro de la familia, dentro del ambiente de trabajo en tu escuela, en tu facultad, con estas personas con quien tu vives. Promueva la unidad pensando más en el otro, olvidandose un poco más de ti y recordando un poco más de las necesidades de nuestro hermano.

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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