Hay incómodos que quieren quitarnos del egoísmo, del orgullo y de nuestra vida centrada en nosotros
“Jesús lo supo y se alejó de allí, pero muchas personas lo siguieron, y él sanó a cuantos estaban enfermos. Pero les pedía insistentemente que no hablaran de él” (Mt 12, 14-15).
Los fariseos querían eliminar Jesús, porque Él incomodaba. La presencia de Jesús en nuestro medio era una gran molestia.
Cuando queremos librarnos de las molestias de la vida, damos una manera de eliminarlos, matarlos. La sociedad en que vivimos es homicida, porque elimina todo aquello que le causa molestia. Aquí, no estoy hablando de las molestias comunes de la vida, porque hay aquellos que son necesarios, que nos provocan por dentro, nosmolestan para que podamos revisar nuestros conceptos y posturas. Hay molestias que quieren quitarnos del egoísmo, del orgullo y de nuestra vida centrada en nosotros, del aislamiento y del individualismo en el cual todos nosotros estamos pareciendo.
Es necesario que la Palabra de Dios nos moleste, que ella mueva con nuestras convicciones. Necesitamos permitirnos ser molestados por la Palabra de Dios. Jesús vino para molestarnos y quitarnos de la acomodación.
Si vemos una persona todo el día acostada en el sofá y delante de la televisión, esta persona necesita ser sacudida y molestada. Necesitamos decir a ella: “¡Levanta de esta situación!” La vida te espera, la vida necesita que estés activo”. Hay personas, sin embargo, que no le gustan ser molestada, y reaccionan de forma negativa, gritando, golpeando y agrediendo los demás en las diversas situaciones de la vida.
Jesús vino para molestar. Los molestados querían quitar la vida de Cristo, pero Él reaccionó de forma diferente, no les dio atención y siguió Su misión. Mientras ellos querían quitar la vida de Jesús, Él continuaba promoviendo la vida. La multitud seguía el Maestro, y Él la tocaba para cuidar de ella, para sanar aquellos que estaban enfermos y sufriendo. Jesús quiere cuidar de nosotros.
Permitamos que el amor de Jesús nos moleste. Muchas veces, duele, pero es necesario para remover de la vida aquello que esta quitando la alegría de vivir.
Jesús, que la molestia necesaria sea siempre bienvenida a nuestro corazón.
¡Dios te bendiga!