En el Sábado Santo, la Iglesia permaneció junto del sepulcro del Señor, reflexionando Su Pasión y Su Muerte, bien como Su llegada a la mansedumbre de los muertos. Permanecemos en esta expectativa de la Resurección en oración y en ayuno.
La Iglesia en este día se abstiene del sacrificio de la Santa Misa, la mesa sagrada y el altar sigue desvestido hasta el momento en que, después en la Vigilia Pascual, en la Noche Santa, se dara lugar a la alegría pascual, que en su plenitud, se prolonga por cinquenta días. Por lo tanto, mis hermanos, nosotros aún estamos en esta expectativa, en este día no hay Santa Misa, iremos celebrar con alegría en la Vigilia Pascual.
El Sábado Santo es – como recuerda el Papa Francisco —, el día del silencio, un gran silencio viene sobre toda la tierra, un silencio vivido en el llanto y en la perplejidad por los primeros discípulos, perturbados con la muerte ignominiosa de Jesús.
La luz iluminara los ritos de la Vigilia Pascual, el canto festivo, el Aleluia expresarán la gloria de la Resurrección de Jesús
Es el día del silencio, es el día de la expectativa, aún estamos esperando, aguardando la Resurrección, por eso la Iglesia se abstiene totalmente del sacrificio de la Santa Misa en este día.
En este Sábado Santo, somos llamados a permanecer en la tumba del Señor reflexionando sobre Su Pasión, Muerte y sobre Su llegada a las profundezas de la tierra. Él que va, antes de todo, a la búsqueda de Adán, nuestro primero padre, la oveja perdida quiere mucho visitar los que están sumergidos en las tinieblas y en la sombra de la muerte.
Dios y Su Hijo van al encuentro de Adán y Eva cautivos, además, ahora libertos de sus sufrimientos. En este día, mis hermanos, pidamos la gracia de no nos distraernos, de quedarnos seguros y constantes en esta expectativa, para eso pidamos la intercesión de María que vive en el llanto, pero tu corazón esta lleno de fe, lleno de esperanza, lleno de amor.
María sufre con la perdida de su Hijo, además en tu corazón ya existia la esperanza de la Resurrección, por eso Ella permanece seguro, no desanimes en ningún momento, con Ella nosotros también queremos esperar un momento que, en la oscuridad del Sábado Santo, en la alegría, la luz iluminará los ritos de la Vigilia Pascual, el canto festivo, el Aleluia expresarán la gloria de la Resurrección de Jesuscristo.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
