“Y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron” (Lc 5, 10-11).

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Hoy, mis hermanos y mis hermanas, 7 de Septiembre, una celebración también especial en el calendario civil de nuestra nación. ¡Pedimos al Señor que bendiga generosamente nuestra nación!

Pero vamos al texto del Evangelio, porque él habla del comienzo. Estamos aquí en un texto donde ocurre aquella pesca milagrosa y, al final de esta pesca, Jesús hace el llamado para Sus discípulos: dejar todo y seguir a Él.

Como es bueno contemplar los comienzos: el comienzo de los estudios escolares; del camino en la Iglesia; en el comienzo de un noviazgo; el comienzo del matrimonio; el comienzo de una amistad, sin embargo… Los comienzos son siempre útiles para devolvernos la esperanza y el animo para seguir. Muchas veces, necesitamos hacer memoria de como todo comenzó para no perder la dirección de nuestro camino.

El Evangelio de hoy, relata para nosotros el comienzo de la historia de los discípulos, de la relación de ellos con el Cristo, del encantamiento con Su Persona, de la valentía que tuvieran de dejar todo; del desafio de comenzar una nueva aventura al lado de Jesús.

La Palabra de cristo tiene poder para llevarnos del comienzo hasta un final seguro y pleno

Recordar los comienzos exorciza la monotonía, el cansancio, el peso de los años, la fatiga de las renuncias, la amargura de las decepciones; a veces, aquella voluntad que llama de desistir de todo, de dejar todo para tras y muchas otras cosas. ¡Como es bueno recordar el comienzo!

Desde los comienzos, podemos reafirmar en el hoy y en el ahora de nuestras historias, lo mucho que valle confiar en Jesús, lo muchos que valle arriesgar todo por causa de Él.

Acuérdate que Jesús ha dado instrucciones a Pedro para lanzar las redes en una parte del mar, porque, seguir la Palabra de Jesús, es fundamental para que el comienzo no tiene un fin trágico. Es importante eso: seguir las instrucciones de Jesús y escuchar la Palabra de Jesús – y practicar la Palabra de Jesús nos garante que el comienzo no va tener un fin trágico.

Donde tu estás, viviendo la vocación que tu estás, siga las direcciones de Jesús, obedezca la Palabra del Señor del comienzo al final de tu vida. Nunca deja de considerar lo que Jesús te habla porque la Palabra de Cristo tiene poder para llevarnos del comienzo hasta un final seguro y peno. ¡Jesús ayer, hoy y siempre!

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!