19 May 2023

Por medio de la santidad, configura tu corazón a Cristo

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo” (Jn 16, 21).

Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:

Mira la comparación que Jesús hace, porque el dolor es un componente necesario del “venir a ser”. Todo ser humano, en este planeta, pasa por esta experiencia — dolor en el parto, por causa del nacimiento; dolor en los huesos que se estiran, durante la fase de nuestro crecimiento; dolor en los dientes, cuando ellos nacen — , el niño pasa por esa experiencia dolorosa; dolores de la barriga intensa, hasta que el intestino se acostumbra con las formas de alimento, con las sustancias. Desgraciada de las mujeres, el dolor del periodo de la ovulación etc. Podríamos decir de muchas otras realidades que componen la naturaleza humana y que hacen parte de ella.

Desde cuando comenzamos nuestra aventura de existir, pasamos por la fatiga de habernos convertido algo. Porque el ser humana hace esta experiencia de venir a ser, él constantemente esta convirtiendose algo, convirtiendo alguien. Por eso, cuando se experimenta algún dolor, en el momento, no se consigue mirar hacia adelante, pero parece que aquella situación nos aprisiona, nos corroe, y el único instante que existe sea aquel del sufrimiento y de la tribulación.

¡Tu ya has pasado por eso! El momento que parecía que aquel dolor no se iba, aquel sufrimiento no te dejaría más, tu solo veía aquella situación, como decimos por medio de una expresión: “No ve lo que esta delante de su narices”, y es eso que nosotros experimentamos.

La santidad es ese proceso de configuración a Cristo, el hombre perfecto

El Evangelio de hoy quiere enseñarnos una lección — que la vida, en sí misma, nos enseña todos los días — , “es necesario algunos esfuerzos dolorosos para poder crecer y llegar en un objetivo”. Pues nadie nace listo, es lo que dije: todos nosotros necesitamos convertirnos en lo que nosotros somos. Necesitamos de desarrollo, sea el desarrollo humano, biológico, pero también el desarrollo espiritual.

De alguna forma, la santidad es convertirnos nosostros mismo, hijos de Dios, con toda dignidad que nosotros tenemos. La santidad es ese proceso de configuración a Cristo, el hombre perfecto. Porque así nosotros, por medio de la santidad, convertiremos semejantes, de hecho, a Cristo.

Por eso, no hay proceso de santidad sin dolores, sin esfuerzo, sin aceptación de algunas imposiciones, que son para algunos una forma rigorismo, pero que hacen parte de una disciplina, hacen parte de algo necesario para llegar en un objetivo.

Quien mira de fuera puede incluso poner eso de radicalismo, de rigorismo, una cosa anticuada, porque la persona no esta dentro del proceso, Además, tu, que eres cristiano, tu que quieres configurarse a Cristo, va pasar por momentos de crecimiento y, tal vez, ese momento va ser mezclado con dolor, con renuncia, con sufrimiento. Sin embargo, no tenga miedo, Jesús también paso por estas fases del crecimiento. Él también, en Su humanidad, nos enseña a acoger con docilidad eses procesos que aparentemente son dolorosos, pero nos guían para un objetivo.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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