“Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará.” (Mateo 10,21-22).
El Evangelio de hoy presenta la persecución anunciada por Jesús, en que Sus discípulos pasarían y aquellos que seguirán a Nuestro Señor también pasarían, pasaban, pasan y pasarán.
Aquellos que siguen Nuestro Señor Jesucristo traen la marca de Cristo y buscan vivir la voluntad de Cristo, y por eso ni siempre son comprendidos, incluso mismo por los de su casa. Tal vez tu ya has escuchado algunos sacerdotes diciendo: “Mi padre y mi madre no concordaran con mi vocación”; algunos religiosos diciendo: “¡Que locura” Es pierda de tiempo”, pero quien encontro un gran amor sabe que seguir Nuestro Señor no es perdida de tiempo, pero es ganar tiempo, es ganar el Reino de los Cielos.
Aquellos que dan el paso para seguir a Nuestro Señor y servir a Nuestro Señor ganan el Cielo con la gracia y con la misericordia de Dios, pero ganan también muchos enemigos. Porque la propuesta del Evangelio, la Palabra que Jesús enseño, Sus mandamientos, ni siempre son agradables: “Amar el enemigo”, “Rezar por aquellos que me persiguen”, “Dar el perdón”. Son palabras que el mundo ni siempre le gusta de escuchar ni le gusta, principalmente, de practicar de ninguna forma.
El Evangelio es duro e incluso con los de casa, dijo aquí Nuestro Señor: Habría, entonces, conflicto entre las personas de la propia casa. Pero Nuestro Señor hizo esta observación, hizo esta profecía para que nosotros quedemos tranquilos.
Por causa del Cielo, vale la pena pasar por cualquier prueba, por cualquier dificuldad
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Si, hoy, tu vives conflictos dentro de tu casa, no extrañes, es así mismo, es por causa de la Palabra de Dios, es por causa de Nuestro Señor Jesucristo. Pero el Señor finalizo, aquí, este versículo, mejor diciendo, que yo dije aquí para tí, el Señor dijo: “Pero quien perseverar incluso el fin, ese va ser salvo”.
Quien perseverar hasta el din en el amor a Dios, en el amor al prójimo, quien perseverar hasta el fin en el perdón; quien perseverar hasta el fin, buscando la santidad, buscando siempre hacer la voluntad del Señor; quien perseverar hasta el fin, incluso delante del odio de las personas alrededor, de las personas hasta de casa, pero quien perseverar hasta el fin, ese va ser salvo. Que el Señor nos ayude a hacer ese camino de perseverancia.
¡Persevere! Aún que las personas a tu lado no esté siguiendo a Nuestro Señor, la respuesta es personal. Hable a Nuestro Señor: “Yo te sigo, Señor”, “Yo te sirvo, Señor”, “Yo te amo, Señor”. No te importes tanto si las personas a tu alrededor no van acoger el Evangelio, acoja a ti el Evangelio y, consecuentemente, que ellas van ser alcanzadas es por la gracia de Dios. No es por su esfuerzo, es por la gracia del Señor.
Cuanto a mí y cuanto a ti, perseveramos hasta el fin. Y por causa del Cielo vale la pena pasar por cualquier dificultad, incluso mismo dentro de casa. Pero en vista del Cielo, perseveramos hasta el fin.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
