Bienvenida al Jueves de Adoración
Queremos darte la más cordial bienvenida a este Jueves de Adoración, jueves de intimidad con Nuestro Señor en la Eucaristía. Hoy es un día propicio, porque el Evangelio nos traerá algo profundo. En Lucas 11,5-13, escucharemos lo siguiente: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla.”
Persevera en la oración
En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña una gran lección sobre la oración y la confianza en Dios. Comienza con una pequeña parábola: un amigo que le pide pan a otro, en medio de la noche, para recibir ayuda. A pesar de la molestia, el amigo termina satisfaciendo la petición debido a la persistencia y confianza de quien llama a la puerta.
¿Qué necesitamos entender con esto? La perseverancia en la oración.
No desistas en la oración
¿Qué es lo que más sucede hoy en día? La gente se rinde, la gente no persevera. ¡Rezo, rezo, rezo y nada sucede!
Hermano mío, hermana mía, es necesario tener perseverancia. No es en nuestro tiempo, es en el tiempo de Dios. Y Jesús nos muestra que, incluso cuando parece que Dios tarda en responder, no debemos rendirnos, es decir, necesitamos perseverar.
La oración no es solo una palabra, sino una actitud de confianza persistente. Cuando llamamos a la puerta, cuando persistimos, Dios sabe que Él realizará, en nuestra vida, una obra de salvación, es decir, Él quiere que sepamos que está atento y listo para escucharnos.
Dios quiere lo mejor para ti
¿Te has rendido? ¿Te has desanimado en la oración?
Persevera, porque todo puede ser cambiado por la fuerza de la oración. Pero tú no puedes rendirte. Yo no puedo rendirme.
Dios nuestro Padre quiere lo mejor para nosotros, es decir, Jesús hace un claro contraste: si incluso los hombres, con sus limitaciones, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de los cielos, que es perfecto y amoroso!
Persevera y confía
Termino diciendo que Dios no nos niega lo que es bueno. Especialmente lo que más necesitamos, el Espíritu Santo, que nos guía, fortalece y consuela.
Lo que necesitamos hacer es perseverar y no rendirnos.
Que el Señor nos ayude, y que el Espíritu Santo nos inspire a perseverar en la oración, en la confianza y en la intimidad con nuestro Señor. Que podamos tener un corazón simple y humilde para llamar y para buscar, y encontraremos.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!