05 Feb 2019

Los padres necesitan ser presentes y actuantes en la vida de sus hijos

Los padres necesitan ser presentes. Incluso, nos gustaría que las mujeres no tomen solo para ellas las responsabilidad de cuidar de los hijos

“En eso llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo” (Mc 5, 22-23).

El Evangelio de hoy tiene dos precisodidades: la primera es Jairo, jefe de la Sinagoga; la segunda es la mujer que estaba atormentada hace doce años por una hemorragia cronica.

Jairo era un padre de familia. Tal vez miremos para él solo como un jefe de la sinagoga, pero el más importante en las personas no es el cargo que ellas tiene, pero aquello que ellas son. Padre es padre, madre es madre, nada es sublime que eso. Queremos rotular las personas: “Mira el jefe. Él es eso. Él hace aquello”. Él es un padre. ¡Y que belleza y corazón de ese padre! Generalmente, estamos viendo solo las madres, son ellas que piden, que suplican, que corren atrás. Aquí es el padre que deja para tras toda la arrogancia del título, de la importancia que él pueda tener de jefe de la sinagoga para asumir su lugar de padre.

Necesito decir que los padre necesitan ser presentes y actuantes. Incluso, nos gustaría que las mujeres dijera eso, que ellas no tomen cuenta para sí la responsabilidad de cuidar de los hijos, porque es una división equivocada de las tareas que fueron dadas.

Dicen así: “El hombre trabaja y cuida de traer el alimento para la casa, y la cuestión de los hijos es dela madre”. Eso no es verdad, porque tanto el padre y la madre necesitan ser presentes en la vida de sus hijos.

Lo que hizo diferencia en la vida de estos niños del Evangelio fue, justamente, la presencia del padre. Jairo estaba diciendo: “Mí hijita esta en las últimas. Señor, ponga las manos sobre ella, para que ella pueda sanar y viva”. ¡Cuantos hijos están enfermos, perdiendo la vida por la falta de la presencia paterna!

La presencia no se hace solo comprando regalos, cuidando de las cosas de casa. La presencia tiene que ser activa y efectiva. El padre necesita ir a Misa rezar y suplicar por sus hijos. El padre tiene que estar en casa rezando por tus hijos, tiene que poner las manos sobre la cabeza, sobre los hombros de ellos y rezar, ser afectuoso, cariñoso, porque, a veces, el padre solo levanta la voz para pelear con el hijo, para llamar la atención.

La Palabra de Dios esta diciendo que el padre tiene de ser presente, incluso, espiritualmente. Acabamos de una vez por todas con esta división equivocada que fue hecha en nuestras casas. La responsabilidad de creación, sea ella educacional, espiritual y emocional, es del padre y de la madre.

Vamos llamar nuestros padres para que se hagan vivos y presentes. Algunos pueden decir: “¡Yo no tengo más forma para eso!”, pero para el que no tiene más forma para eso, vamos aprender e tener. Todo el mundo puede rezar y suplicar, porque Dios escucha la oración que viene del corazón del padre.

¡Dios te bendiga!

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