“El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo” (Mt 13, 44)
Es el tesoro más precioso y más valioso de nuestra vida: el Reino de los Cielos. Quien encontró ese tesoro encontró la vida, el sentido y la razón para su vida.
A veces, veo muchas personas en el Reino de Dios aún perdidas, no se encontraran, parece que no encontraran aún el sentido de la vida, no encontraran la riqueza y el tesoro mayor de tu vida. Veo las personas contando con mucha ventaja sobre las cosas de este mundo, veo las personas, todo el tiempo, hablando sobre dinero, conquistas, sobre los bienes materiales.
Es diferente cuando tu llegas en la casa de una persona transformada por Jesús. A veces, la persona te recibe con mucho amor en su casa y quiere mostrar primero la casa, con lo que ella tiene de material, con que ella ha conquistado – es fruto del trabajo y del esfuerzo – pero de das cuenta cuando la persona muestra solo cosa material por ser material.
Quien encontró ese tesoro, encontró la vida, el sentido y la razón para tu vida
El bello, el bonito es contemplar la riqueza espiritual de la transformación. Nada contra la persona tener una casa organizada, pero el más bello es que tu no veas lo que los ojos ven, sino, lo que esta ocurriendo dentro del corazón, que es la transformación interior de aquella casa, de aquella pareja, de aquella familia.
Que bueno si el tesoro de nuestras casas y familias no fuera mismo las cosas materiales. Que bueno si los padres comprendiesen que el tesoro que ellos tiene que dar para sus hijos, el tesoro que tiene que compartir con su familia es el Reino de Dios y Su Palabra.
Las cosas materiales existen y pasaran, pero vemos, muchas veces, una casa cuando esta llena de cosas materiales y, allí, los hijos, la familia esta preso a estas cosas. Basta hoy un computador, un teléfono móvil para la persona quedar presa, esclavizada y no salir de allí porque aquello prende su corazón.
“Donde está su tesoro, allí esta su corazón” (Mt 6, 21). No puedo creer que una persona que pasa todo el día delante de la televisión encontró realmente la razón y el sentido de su vida. Encontró estas cosas materiales.
No dejes prender, no dejes iludir, no dejes engañar, porque, nosotros, cristianos, estamos engañados por el pensamiento prospero de las cosas materiales y estamos nos prendiendo a estas cosas porque ellas son ilusorio, atractivas y engañan. Incluso, los padres están engañando sus hijos con estas cosas también materiales, están realmente haciendo con que sus ojos puedan ser transformados y conquistados por cosas materiales.
No hay más belleza en una familia en reunirse para conversar, para estar juntos, porque no pueden, porque las cosas materiales no permiten los tesoros del Reino de los Cielos, la convivencia, la paz, la armonía..
Cuidado con la falsa paz, donde cada uno esta en su habitación cerrado, delante de un ordenador o con el celular, donde mal da tiempo de una casa encontrarse. Vivimos tiempos de muchas ilusiones, lo que parece ser bueno no es tan bueno así. Lo que parece brillar no tiene el verdadero brillo.
Conquistemos el verdadero tesoro del Reino de los Cielos, pues es él que da sentido a nuestra vida.
¡Dios te bendiga!