30 Nov 2020

El Señor quiere que seamos pescadores de hombres

“Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar. Jesús los llamó: Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”(Mt 4, 18-19).

Tenemos la gracia de celebrar, hoy, el apóstol Santo Andres, hermano de Simón Pedro. Él, junto a su hermano, escucho el llamado de Jesús y dejó todo para seguir a Él. Eran pescadores, era la profesión de ellos, pero ahora, transformaran la profesión en misión.

No solo ahora pescan peces, pero van pescar hombres para Dios. ¡Que misión más noble y mas hermosa! Sé que tenemos que trabajar para sostener nuestra casa y nuestra familia. Sé que tu tienes dar duro en la profesión que tienes, para traer el sustento para dentro de tu casa.

Así como Andrés que transformo la profesión en misión, haga lo mismo tu también: que tu profesión no sea solo el sustento, pero que sea ganar corazones, ganar hombres y mujeres para Dios. Comience con los de tu propia casa y familia porque muchos padres de familia trabajan duro, traen todo para dentro de casa, para que no falte nada y tenga el esencial, pero no traen la salvación.

Ponen en lo que ganan el corazón, pero eso acaba nos robando de lo esencial y, muchas veces, incluso lleva la familia a perderse. ¡Usa la creatividad y la sabiduría! Primero, escuche el llamado del Maestro, Él esta llamando: “Síganme, porque quiero hacer de ti pecador de hombres”.

Dios necesita de ti para que seas pescador de hombres

El Señor quiere que tu seas pescador en tu casa, en tu familia, pero tu vas ser pescador también allá en tu trabajo.

Sabe, hay personas que conquistan los otros para las cosas del mundo… La turma del bar lleva los que quieren para el bar y para muchas otras cosas, para casas de perdiciones y muchas cosas que, después, llevan la persona a perderse.

¿Por que tu no usa el don que tiene para conquistar esa persona para Dios? ¿Por que tu no usa tu don, tu talento, tu profesión para también sembrar la Palabra, para también conquistar personas que están en tu empresa, en tu trabajo, en el mundo en que tu estas, necesitando encontrar la salvación?

Andrés permitió transformar en un instrumento de salvación en tu casa, en tu familia y, después, para el mundo. ¡Actualmente, no es diferente! Dios necesita de ti, para que seas pescador de hombres. Pregunta a tu corazón: “¿Cuántas almas, cuantos corazones tu ya has pescado para el corazón de Dios?

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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