27 Nov 2018

El Señor cuida de nosotros de cualquier tribulación

En el corazón, sembramos la certeza y la confianza de que tenemos un Dios que cuida de nosotros, incluso ante un mundo rodeado de pavores y temores

“Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin” (Lucas 21, 9).

Desde que somos personas humanas y hacemos uso de la razón, vemos rumores de guerras en el pasado y en el presente. Y, ya tienen guerras incluso para el futuro. Desde que soy persona humana, veo destrucción en toda la haz de la Tierra. Y, hay aquellos que aprovechan de estas situaciones y crean la religión del pavor, del desespero, siembran en el corazón de las personas el miedo. Es la religión que quiere convertir las personas con miedo.

Si yo anuncio que Jesús esta volviendo dentro de cinco días o de algún tiempo y quien no se convierte se perderá, su conversión no va ser verdadera, porque va ser la conversión de la prisa y del mundo.

La conversión autentica es aquella que se convierte por amor y no por miedo y tampoco por recelo; y no para ser aquello que va huir de esta o aquella calamidad, por el contrario, cuando ese rumor de cosas negativas sucedieron, no vamos quedar con pavor, porque el siervo del Señor no tiene miedo delante de las tribulaciones, él sabe a quien esta sirviendo.

Si esta todo en paz, el corazón busca vivir en paz, aun con tantas inquietudes. Si son tiempos difíciles y complicados, si estamos viviendo tiempos de esas o de aquellas situaciones, el corazón no tiene miedo. Porque sabe que el Señor cuida de él y no deja desanimar y tampoco desesperarse ante de cualquier situación.

No predicamos la religión del pánico, del miedo y de los escándalos, la religión donde el “cuanto peor mejor”, para que las personas queden con miedo.

Sembramos la esperanza, teniendo los pies en el suelo. Sabemos de los conflictos, de las dificultades, de las guerras entre las naciones, no ignoramos estos hechos, pero, también, sabemos del Señor a quien servimos. Él es el Rey y Señor de este mundo y de aquellos que se someten y sirven a Él. El Señor cuida de ellos ante cualquier tribulación.

Aún que un pavor humano, una muerte humana pueda alcanzar un siervo del Señor, ellos alcanzan la primera muerte o primera prueba, pero, jamás la muerte eterna, porque Dios cuida de aquellos que son de Él.

Sembramos esperanza, sembramos, en el corazón humano, la certeza y la confianza de que tenemos un Dios que cuida de nosotros, incluso delante de un mundo rodeado de miedos. Nuestro Dios cuida de nosotros.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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