“Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en la Buena Nueva” (Mc 1, 14-15).

La Palabra de Dios que viene hoy a nuestro encuentro nos pone delante del llamado de Jesús. Él esta entre nosotros nos llamando, convocando e invitando; y el primer llamado es para la conversión.

Todos nosotros necesitamos convertirnos, porque el Reino de Dios esta allí, y para entrar en él es necesario cambiar la mentalidad, es necesario realmente dejar que esta nuestra forma humana, mundana, mezquindad y materialista que adquirimos a lo largo de la vida, de los hechos y de los acontecimientos se convierta en la mentalidad del Evangelio.

Por eso, es necesario creer en el Evangelio, por eso es necesario ser transformado por él, es necesario abrazar, porque el Evangelio en nosotros realiza la obra de Dios.

El tiempo se completo. No quedes esperando un nuevo tiempo, no quedes esperando novedades en el tiempo; el tiempo es ahora, él se hace presente ahora. Por eso, escuchemos el llamado de Jesús, convirtiéndonos para el Evangelio y permitamos que él realice cambios de actitudes en nuestra vida y en nuestro corazón.

Necesitamos, todos los días, aprender a vivir, a cambiar, aprende la lógica de Jesús y del Evangelio

Jesús, que nos llama para la conversión diaria, también nos llama para sernos Sus seguidores, Sus discípulos. Es por eso que Él llama Simón y André, su hermano; llama para traer compañía a Él y, especialmente, para aprender con Él, para hacernos parte de Su escuela. Es escuela de vida, del Evangelio, escuela de cambio, de transformación y conversión.

Nadie se convierte de noche para el día, pero necesita, todos los días, aprender a vivir, a cambiarse, aprende la lógica de Jesús y del Evangelio.

No espere para después de la muerte para entrar en el Reino de los Cielos, porque él esta en nuestro medio. Sin embargo, tu necesita, hoy, escuchar Jesús, escuchar el llamado que Él realiza en tu corazón. Es necesario escuchar y amar a Él; una vez que amamos, podamos seguir a Él, y siguiendo podamos permitir que nuestra vida sea transformada por Él.

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