“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno” (Mc 9, 41-50).
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Palabra dura, mis hermanos, radicalidad en cortar lo que nos hace mal. Esta es la mensaje del Evangelio de hoy que Jesús nos presenta. Mano, pe y ojo. Eso nos habla de cosa de nuestra realidad. Ser escándalo a sí mismo. Todos nosotros, con nuestras opciones equivocadas, podemos ser un escándalo para nosotros mismos. Tu sabes que la palabra escándalo, del griego, quiere decir una piedra de tropiezo, una trampa. Y nosotros podemos ser un escándalo para nosotros mismo. Podemos poner obstáculos en nuestro camino y tropezar en neutras propias trampas puestas con neutras acciones y elecciones equivocadas.
Mi madre siempre decía una cosa para mí y para mis hermanos: “Se portan mal, después ustedes van llorar en la cama, que es un lugar de abrigo”. Mi madre decía así. Es un dictado popular para hablar de las consecuencias de neutros actos, de nuestras elecciones.
La radicalidad contra el mal es necesaria para la Salvación
La mano, aquí en el Evangelio, es imagen de la posesión, del poder, de la ganancia. ¿Y cuántas veces nosotros la usamos para el objetivo de un suceso mundano? ¿Cuántas veces nosotros afirmamos algunas cosas que perjudican la vida de otras personas? ¿Cuántas veces escribimos algunas mensajes y publicamos algunas cosas que hieren nuestros hermanos?
Después, los pies que representan los medios para realizar algunos actos. El camino que, a veces, seguimos para conseguir algunas cosas. Los medios inmorales, corruptos, adictivos y mundanos que, muchas veces, nosotros elegimos para lograr algunas cosas.
Por fin, el ojo, que es lo que nos mueve. El ojo es el corazón. El ojo hace mover el pie y la mano. Son las intenciones ocultas dentro de nosotros. Son las malas intenciones que solo después produciran los frutos de carne y no los frutos del Espíritu.
El hecho: es necesario cortar todo ese mal radicalmente en vista de salvación de nuestras almas. Si alguna situación como esta te lleva a pecar, rompe y corta.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!