“En aquel tiempo Jesús decía a sus discípulos: «El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien?» (Lucas 16, 9-15).
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Mis hermanos y hermanas, el Evangelio de hoy trabaja con este concepto de lo mínimo y lo grande, las cosas pequeñas y las grandes, y en ambas está el concepto de fidelidad. ¿Cuál es tu mínimo hoy? Ahora te planteo esta pregunta. ¿Qué es lo mínimo que Dios te presenta y qué es lo máximo? ¿Cuáles son las realidades que se te presentan para que podamos coserlas todas con el concepto de fidelidad? Quizá lo que se te presenta hoy es muy poco a tus ojos, pero es todo lo que Dios te pide hoy.
Estamos tan acostumbrados a la mentalidad de que nadie está viendo, que no importa, qué diferencia va a hacer, que estoy perdiendo el tiempo con esta tontería, porque quiero cosas más grandes, estamos acostumbrados a las cosas grandiosas. Por otro lado, tal vez lo que se te presenta hoy es demasiado grande y no ves en ti las condiciones y la fuerza para cumplir con lo que Dios te pide. “¿Cómo voy a poder con esto?”, “No estoy hecho para esto”.”¿Cómo puede Dios confiarme esto, si soy tan frágil, no tengo tantas capacidades?”. En nosotros siempre se mezclan estas dos realidades.
Pide a Dios la gracia de que te ilumine para percibir la presencia de Dios en las cosas pequeñas, para percibir también las seducciones del maligno en las cosas pequeñas y también para abrazar las cosas grandes que Dios puede hacer en tu vida
En lo poco o en lo mucho, pide a Dios la gracia de la fidelidad para corresponder a lo que Dios te da hoy.
Otra lectura de este mínimo es prestar atención a las cosas porque una cosa pequeña puede ser, convertirse y llevar a ser una cosa grande, por ejemplo, una ruina, un fracaso, una infidelidad pueden empezar de una forma muy pequeña y esto vale para todos nosotros, para todos los estados de vida, para los que están casados, los sacerdotes o los consagrados. Recordemos que el diablo ha venido a robar, matar y destruir y es muy astuto para conocer nuestros puntos débiles y puede sugerirnos cosas aparentemente sencillas e insignificantes, pero que son capaces de llevarnos a la ruina y a la perdición.
En las cosas más pequeñas, fidelidad a Dios; en las cosas grandes, fidelidad a Dios. Si hoy no tienes fuerzas para poder ver todo esto de forma concreta en tu vida, pide a Dios la gracia de que te ilumine para percibir la presencia de Dios en las cosas pequeñas, para percibir también las seducciones del maligno en las cosas pequeñas y también para abrazar las cosas grandes que Dios puede hacer en tu vida.
Descienda sobre todos ustedes la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.Amén.
