“Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azo teas.” (Mateo 10,26-27).

El Señor hablaba, ayer mismo, sobre la persecución con relación a los familiares, aquel que sigue, que sirve el Cristo pasara por probaciones, pasara por dificultades incluso entre los suyos, entre aquellos que son de su casa. Y también hubo esta conversa o ese rumor y esta acusación de que Jesús realizaba las curas en nombre del demonio, de Belzebu.

Jesús explico: una casa dividida, ella no subsiste, ella no se edifica, no permanece, pero solo la casa unida, aquellos que están en consonancia, aquellos que están en comunión con Nuestro Señor consiguen realizar las obras del Señor. Por eso que el Señor realizaba las obras del Padre, las curas, los milagros, el anuncio que engendraba conversión, porque Jesús estaba unido al Padre.

No era por obra del demônio que Él realizaba, pero por obra de Dios, por la mano de Dios. Y el Señor decía aquí, instruya y nos instruye: ““Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse”, “Miren, un día la casa va caer, un día ellos no van conseguir mantener ese discurso”, porque, desgraciadamente, los fariseos mantenían, allí, un rostro, una caricatura, pero no traduzian con la vida.

No tengamos miedo de portar esta Buena Nueva y de llevarla, aún delante de la persecución

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Entonces, nada hay de oculto que no llegue a ser descubierto. Todo viene a luz. En el camino, las cosas vienen, va venir a luz. Nada hay de oculto que no sea conocido.

“Que digo en la oscuridad”, lo que el Señor dijo a ellos en el “privado”, en el momento que el Señor estaba allí con ellos, deberían proclamar sobre los tejados.

Aquí, nosotros tenemos también a nuestra evangelización por medio de comunicación, hacemos esta lectura, pero también hacemos la lectura de que aquel que esta en comunión con el Señor comunica el señor, comunica Aquel del cual él esta en comunión. Entonces, en la intimidad con el Señor, en la oración, comunique a Él sobre los tejados, comunique a Él por medio de comunicación, comunique a Él con tu vida, con tu testimonio.

No tengamos miedo de acoger Nuestro Señor, de llevar Nuestro Señor, de anunciar Nuestro Señor. No tengamos miedo de portar esta Buena Nueva y de llevar esta Buena Nueva, aún delante de la persecución. Porque todo vale la pena, mis hermanos, si nosotros hacemos por amor a Nuestro Señor, y Él nos va capacitar para sernos Sus instrumentos en la vida de los nuestros.

Proclamemos en los tejados, proclamemos con nuestra boca que Jesucristo es el Señor. Y que muchos que están por ahí puedan captar esta mensaje. La persecución solo nos fortalece aún más y debe nos fortalecer para ir más allá, para ir aún más lejos.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!