“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver” (Jn 16, 16).

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Leyendo ese Evangelio, me recorde de aquel famoso juego del “escondite”. ¿Te recuerdas? El punto más alto del juego era, justamente, el momento en que se encontraban los participantes. Encontrar era el objetivo del juego, y parece que Jesús estaba jugando del escondite con Sus discípulos: “Dentro de poco, ya no me verán y poco después, me volverán a ver”. Pero no es eso, Jesús no esta jugando de escondite; Él esta situando Sus discípulos en dos momentos crucial de Tu vida: Tu muerte y Tu resurrección.

Como era difícil para los discípulos comprender ese: “Dentro de poco, ya no me verán”. Era difícil para los discípulos, y es también esta nuestra dificultad cuando alguna tiniebla se presenta en nuestra vida, cuando el Viernes Santo se presenta delante de nosotros con sus dolores y con sus tribulaciones, ¿no es verdad?

Cuando fuimos afectados por una enfermedad o cuando una noticia mala llego a nuestros oídos, como fue difícil compreender ese “Dentro de poco, ya no me verán”, cuando parece que Dios se fue, cuando parece que Jesús no esta más a nuestro lado. Confusión, miedo, duda, cansancio, todo eso surge y nos sofoca, nos impide de ver la verdad.

Aún que estés viviendo este sentimiento del alejamiento de Dios, ponga tu corazón en la promesa de Cristo

Fueron estos los momentos que Jesús también siguió, y Él nos enseña también a mirar en la segunda parte — “..y poco después, me volverán a ver..” —-, porque, aquí, Jesús habla de Su resurrección.

¡La cruz no fue la victoria del mal, la cruz no fue la victoria del pecado, no fue en el pasado y no va ser ahora, no va ser jamás! No eches una maldición a tus cruces, pero también no te ahogues en ellas, viva tus tribulaciones y tus momentos de dolor, porque un poco más de tiempo y tu vas a ver la gloria de Dios. ¡Es promesa de Cristo, confía en eso, deja tu corazón sumergido en esta promesa de Cristo!

Aún que, hoy estés viviendo este sentimiento del alejamiento de Dios — “Dentro de poco, ya no me verán” — , ponga tu corazón en la promesa de Cristo. “Poco después, me volverán a ver”, porque la gloria de Dios va brillar en tu vida.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!