23 Dec 2018

María nos trae el verdadero presente que nuestra casa esta necesitando

Bendito es Aquel que nace de María, Aquel que viene por medio de ella a nuestro encuentro

“Exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?” (Lucas 1, 42-43).

María fue al encuentro de Isabel para ayudar, para hacerse presente, para ser solicita a su pariente que estaba embarazada. María, también embarazada, era portadora de la gracia de Dios. Por eso, cuando Isabel la visitó, exclamó: “¡Bendita eres maría! Bendito es el fruto que se gesta en tu vientre!”.

Hoy, queremos exclamar como es bendita la Virgen María, porque lo que en ella se realizo es la bendición que salva toda la humanidad. El bendito fruto que de ella nace es el nuestro Salvador, nuestro Dios que vino visitarnos, ayudarnos y estar en nuestro medio.

Cuando Isabel exclama que María es bendita, es porque reconoce que ella es el terreno bendecido, es el solo sagrado, la nueva Israel, el nuevo paraíso, el lugar de la morada de Dios en nuestro medio.

En el paraíso, Adan reconocía los pasos de Dios; ahora, los pasos del Señor, en nuestro medio , ocurren en un solo sagrado, el solo de la Bien aventurada siempre Virgen María, el lugar de la presencia de Dios, el Oasis de donde emana la salvación para toda Tierra, por eso ella es bendita.

Bendito es Aquel que nace de María, Aquel que viene por medio de ella a nuestro encuentro. Dijo Isabel: “¿Quien soy para tener la honra de recibir la Madre de mi Salvador, la madre de mi Señor?”

¿Quien somos nosotros para tener la honra de la visita, de la presencia de Madre del Salvador en nuestro medio? ¿Cómo podemos celebrar la Navidad de Cristo, el nacimiento de Jesús sin la presencia de la Virgen María en nuestra casa y en nuestro corazón?

Al mirar para nuestra casa, para las tiendas con las imágenes enormes de Papa Noel, de imágenes exóticas, pero ninguna de estas imágenes nos salvan, tampoco traen el Salvador. Ellas nos traen regalos, pero son regalos materiales, que no nos salvan, que no nos convierten consumistas y materialistas.

Necesitamos tener, en nuestra casa, la presencia de Madre del Salvador, porque ella nos trae el verdadero regalo, ella nos trae la verdadera gracia, ella nos trae el Salvador que nuestra casa y familia necesitan.

No quitamos de nuestra vida, jamas, la Virgen Madre de Dios. Por el contrario, estamos muy cerca de ella, con mucho amor, porque ella es bendita y nos trae el bendito Salvador para bendecir nuestra casa, nuestra familia y nuestra lar.

Dejémonos que la Virgen María pueda traer el verdadero regalo que nuestra casa y familia están necesitando.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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