“Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!” (Lc 14, 13 – 14).
hay alegría inmensa en el corazón que sabe ser generoso, pero la generosidad tiene algo que es más especifico: él no espera retribución por el bien que hace. Como Jesús esta nos diciendo esa comparación aquel jefe de los fariseos que hizo esta fiesta, dio lo que comer, pero invito los amigos, invito los hermanos. y todo más. Tu sabes, si haces una fiesta, un almuerzo, invita las personas y ellas tienen que te invitar, queda aquel tom de retribución. Sin embargo, es siempre bueno las personas estar en nuestra casa, recibir en nuestra casa, y es bueno ir en la casa de las personas.
Hay personas que, a veces, no tiene esta generosidad o ese don de la acogida, quieren mucho de ir a casa de los demás, peor no reciben nadie en su casa. Tiene algo muy especifico y evangelico: que es saber alegrar el corazón de los demás sin esperar cualquier forma de retribución, contribución o contentamiento por causa de eso. El único contentamiento es la alegría evangelizo de ser generoso.
Que puedas dar tu atención y tu cuidado, y eso que hace la alegría del pobre y más aún la alegría del corazón de Dios
Me recuerdo de Madre Teresa de Calcuta que iba en las calles de Calcuta justamente llevar comida para los más pobres. Ella decía que los pobres que ella más gustaba de ayudar eran aquellos ingratos que, muchas veces, ella daba comida y ellos incluso cuspían en el rostro de ella, y para esos ella tenía un amor más especial, porque ayudaban a ella mantenerse por debajo, humilde y no elevarse.
Cuando las personas nos engrandecen, nos reconocen, nos aplauden, crece nuestro ego. Tenemos que hacer el bien no para alimentar nuestro ego, tenemos que hacer el bien para alimentar nuestro ser generoso, nuestra capacidad de ser generosos con gratuidad, sin esperar nada em cambio.
Aprenda el secreto evangelico de dejar los pobres felices, haga a veces, casi siempre o siempre que puedas un medio de alegrar aquellos que casi siempre no tiene alegrías en esta vida, los más necesitados.
Pobre no necesita de ayuda solo en el tiempo de Navidad; quien pasa hambre no siente hambre solo en la época de Navidad. Durante toda nuestra vida, necesitamos dedicarnos para cuidar de loas más necesitados. Haga la alegría de los pobres, si tu no consigues hacer una fiesta en tu casa para recibirlos, va hasta a casa de ellos, va para las calles donde ellos se encuentran, plazas, avenidas, pero no dejes de lado los pobres, no te olvides de los más pobres, no sea indiferente a los más pobres.
A veces, cerramos el vidrio de nuestro coche para no recibir una persona que viene traernos algo, viene ofrecer algo. Sea por los menos educado y gentil de recibir un folleto publicitario que es el trabajo que aquella persona esta realizando, sea por lo menos gentil de escuchar. si tu no tienes nada para dar a alguien, que puedas dar tu atención y tu cuidado, es eso que hace la alegría del pobre y más aún la alegría del corazón de Dios.
¡Dios te bendiga!