Juan es el camino, él es aquel que esta siempre apuntando para Jesús
“Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel” (Lucas 1, 66.80).
Celebramos, hoy, el nacimiento de este niño bendecido: San Juan Bautista. Toda vida humana cuando nace es una bendición de Dios, pero hay aquellos que son elegidos desde el vientre de su madre, como nos recuerda el profeta Jeremías.
Juan Bautista fue marcado, en el vientre de su madre para ser el profeta del Dios Altísimo. Por eso, en este domingo solemne, celebramos la gracia del nacimiento de ese niño.
En general, celebramos la fiesta de los santos cuando ellos nacen para el Cielo, el aniversario de muerte, pero celebramos el nacimiento de Nuestra Señora y San Juan Bautista porque ellos representan el nacimiento para una vida nueva. María fue concebida sin pecado y Juan Bautista fue santificado en el vientre de su madre.
¿Quien es ese niño que, desde pequeño, tiene la gracia de Dios sobre él, tiene la mirada de Dios hacia él? Juan Bautista es el precursor de Jesús, es aquel que va preparar los caminos para que el Señor pase. En Juan tiente tres cosas importantes que llaman mucha mi atención, primero, ese niño es grande a los ojos de Dios, el ángel mismo dijo cuando anunció a Zacarías su nacimiento: “Será grande a los ojos del Señor”
La grandeza de Juan no esta en su importancia o en aquello que él, habla, la grandeza de Juan esta en su humildad. Cuando Juan dice: “Él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia” (Juan 1, 27). Juan es un camino a seguir, él es aquel que esta siempre apuntando para Jesús y nunca deja que las luces quede en él y tampoco deja que su brillo aparezca. Juan es el hombre del escondite, es aquel que esta siempre oculto, es el hombre del desierto y de la sobriedad. Juan es para nosotros un ejemplo de sobriedad.
Es interesante porque en el Brasil las fiestas de San Juan tiene mucha bebida, al alcoholismo, hay muchas personas que beben. Pienso que eso no es de San Juan. El San Juan que celebramos hoy es el hombre de la sobriedad, podemos encender la hoguera, tener las comidas, pero todo lo que representa el mundanismo más que Dios no es fiesta de San Juan Bautista.
El Juan que, hoy, rendimos veneración no era un hombre que se emborracha, pero al contrario, era un hombre que se recogía para la vida sobria, era un hombre lleno de Espíritu Santo.
Si queremos celebrar Juan Bautista de verdad y, en Espíritu, nos llenamos de lo que él se llenó: del Espíritu Santo de Dios.
¡Dios te bendiga!
