“Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día” (Jn 6,40).
La voluntad del Padre es que tengamos vida, porque Dios nos creo para ella, y no fue para la muerte. La muerte no pertenece a Dios, ella no viene de Dios, lo que viene de Él es la vida.
Si la muerte entro en el mundo por causa del pecado, si ella entra en nuestra vida por causa del pecado, permitamos que el Hijo de Dios, el Señor de la Vida, Aquel que vino para dar la vida, destruya el poder de la muerte en nosotros. Destruyamos, primero, el pecado que nos guía para la muerte, y alimentémonos del Señor, porque Él es el Pan de la Vida.
La expresión: “Jesús, Pan de la Vida” es rica en significados y dirección para nosotros, porque si Él es el Pan de la Vida, quien de Él comer tiene la vida.
Me dijeran que muchos científicos se han dedicado a descubrir como convertir la vida del ser humano en Tierra eterna, o como eliminar la muerte de la vida del ser humano. Es una perdida de tiempo, porque lo que los científicos se van dedicarse para intentar descubrir y nunca van llegar, Aquel que es el Señor de la Vida ya nos dio, Él nos dio la vida eterna, la vida plena, nos dio la vida repleta de significados y grandeza.
La voluntad del Padre es que tengamos vida, porque Dios nos creo para ella
Todo aquel que está en Jesús tiene la vida eterna, y mismo que este muerto, el Señor está diciendo: él va resucitar. Por eso, es necesario traer un significado a nuestra vida.
Es triste ver cuando alguien cree que la vida termina cuando la persona muere, cuando la persona habla: “Llego el fin de mis días”, “Llego la plenitud de mi vida”, “Llego la razón de mi existencia”.
No hay muerte para aquel que cree, hay transformación en el sentido de vivir, y la vida asume un significado eterno que nadie más puede robar o quitar, porque Aquel que nos dio una vida, que se convertido limitad en el caminar terreno, ahora se convertido eterna en la eternidad feliz que Dios creo para nosotros.
Si tenemos algunos momentos de felicidad en la Tierra, si tenemos período en que tenemos el sabor de vivir, sepa que Dios quiere sanarnos con el sabor eterno de vivir, con el gusto de la eternidad para nunca morir.
Pongamos en Jesús la razón de nuestra vida, para tener una vida rica de significados aquí y saborear para siempre en la presencia de Dios. ¡Él vino para que nuestra vida sea plena y eterna!
¡Dios te bendiga!