Jesús nos enseña a dar gracia a todo momento de nuestra vida
“Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron” (Jn 6, 1-15).
En este tiempo pascual, a veces, quedamos pensando que el Cristo, el resucitado, Él esta allí en el cielo y esta a la derecha del Padre como profesamos en nuestra profesión de fe. Pero, ¿qué esta en el cielo? Como Él mismo prometió Él esta en nuestro medio, Él esta enseñando como es que vivir resucitado aquí en la tierra y haciendo lo que Él hizo.
Porque Él estando vivo entre nosotros, estuvo resucitado en nuestro medio. La muerte no quito Su vida, solo glorificó para siempre en la eternidad. De la misma forma que la muerte no quita nuestra vida que creemos en Él, la muerte nos glorifica y aprueba para entrarnos en el cielo. Es el pasaporte que allí nos hace entrar, pero viviendo aquí en la tierra, dejándonos morir el hombre y la mujer vieja para vivir en nosotros las condiciones de un hombre nuevo que esta reflejado en Jesús.
Jesús mirando la condición humana de cada uno de nosotros sabe que tenemos hambre y sed, así con Él tuvo hambre y sed. Cuantos en nuestro medio, aún no han sido glorificado y Jesús nos enseña a repartir y darnos gracias por todo lo que nosotros recibimos del cielo, porque cuando damos gracias estamos llenando de gracia nuestra vida material y el alimento que tenemos, la comida que comemos y la bebida que bebemos, porque sino lo que comemos se vuelve solo un elemento que va llenar nuestro estomago y no eso que reconocemos que es un don de Dios.
¡Nosotros agradecemos y dar gracias es agraciar! Alabar es llenarse de la gracia de Dios lo que parece simplemente humana. Hagamos de nuestras vida una acción de gracias, de todo lo que tenemos y vivimos.
Vamos dar gracias a Dios en todo que vivimos y tenemos, por menor que sea va ser multiplicado y todo que es multiplicado por la gracia es dividido y distribuido.
Mira que la naturaleza es una acción de gracias a Dios, pero cuando no rendimos gracias y acumulamos las cosas ellas se estropean en nuestro medio y otros perecen de hambre y la necesidad, pero cuando damos gracias, nos llenamos de la gracia de Dios y podemos multiplicar y dividir todo lo que Dios nos da y somos agradecidos y reconocidos como Dios es bueno.
Seamos hombres y mujeres de acción de gracias, porque todo es gracia de Dios y en todo la gracia de Él se hace presente cuando nosotros lo permitimos.
¡Dios te bendiga!