“Cuando se presentaron ante él, le dijeron: Juan el Bautista nos envía a preguntarte: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” (Lc 7, 20)

Juan Bautista tenía sus seguidores, pero no tenía para sí, pues él formaba personas para seguir el Maestro Jesús. Por eso, después de un tiempo de ellos estar con Juan, él manda sus seguidores seguir atrás de Jesús para preguntar si Él era el Señor.

Mira, aquí es un casa importante, no es que Juan estaba dudando, no es que él no sabía, por el contrario, él sabia, él que apunto: “Él es el cordero de Dios”; es Juan quien esta diciendo: “Él que debería venir al mundo”; es Juan quien va decir: “Conviene que Él crezca y yo disminuya”, pero Juan quiere que sus discípulos tengan la convicción de que Él es el Salvador; así también nosotros necesitamos ‘ser’ esa convicción. Por eso, Juan manda ellos ir hasta Jesús y preguntan: “¿Tu que es el Mesías o debemos esperar otro?”

Mis hermanos, hace dos mil años que el Mesías sta en nuestro medio, que el Mesías se hizo uno de nosotros, que Él se encarno y se hizo presente en nuestro medio. Es necesario siempre decir alto que Jesús esta en nuestro medio. Y no debemos esperar otro.

Es verdad que vivimos en el mundo que esta rodeado de novedades, donde las personas quieren siempre cosas nuevas, quieren nuevas expectativas, nuevos conocimientos y esperan incluso nuevos Mesías. Incluso se iluden por personas que llegan hablando bonito, por personas que hablan de forma distinta, por personas que, muchas veces, traen falacias a nuestro medio.

Solo hay un que puede salvarnos, Él es Jesús Nuestro Salvador

Las personas se iluden con las fantasías e ilusiones que son creadas. No se iluda con las novedades, no espere novedades; la Buenas Nueva de Jesús esta en nuestro medio. Es la Buena Nueva de Jesús que debemos acoger y amar, es la Buenas Nueva que se llama Jesús, y para Él debemos abrir nuestro corazón, porque es Él quien nos salva y nos libera.

No hay ningún otro que debe venir, no hay ningún otro que debemos esperar, no hay ningún otro a quien debemos acoger, aún que sea Jesús Nuestro Señor y Salvador.

Las sociedades viven expectativas de Mesías, de hombres que vengan para traer la solución para los problemas de la humanidad. ¡Es una ilusión y un engaño! Es una fuerza de marketing que se tira atrás de políticos, de personas que parecen grandes o importantes, pero es todo ficción e ilusión de momento. Solo hay un que puede salvarnos, Él es Jesús Nuestro Salvador.

Que cada uno cumpla su trae y su deber de ser responsable por aquello que son las responsabilidades asumidas en la vida, pero nadie puede salvarnos. Solo quien es nuestro Salvador es Jesús, Nuestro Señor. ¡Que en Él este nuestro corazón!

¡Dios te bendiga!