“El Señor le dijo: «¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo!” (Lucas 12,42-43).
Mis hermanos, en este miércoles, al reflexionar sobre esta Palabra, al escucharnos este Evangelio, el Señor nos enseña sobre la vigilancia. Necesitamos estar vigilantes, necesitamos estar atentos como empleados , como trabajadores que somos. Tenemos un jefe, tenemos alguien que esta hacia delante y que va querer que nosotros ejecutemos bien nuestros servicios.
Por eso el Señor ha dado este ejemplo, diciendo entonces que así como el ladrón viene en un momento inesperada, Nuestro Señor también va venir en un momento inesperada. Y Pedro preguntó entonces a Jesús: “Pero, ¿Jesús, el Señor esta contando esta parábola a nosotros o a todos?”, y Jesús dijo: “Es a todos”. “Es a todos”. Y dijo este ejemplo, hizo esta comparación del administrador fiel que cuida de las cosas de su señor.
Y, aquí, ese detalle interesante que Él presenta: “El administrador fiel que el Señor se encargo de cuidar de personal, de las personas de su casa, dando comida en el momento correcto”.
La vigilancia también se da en el cuidado con el hermano, en el cuidado con el prójimo
Aquí, la vigilancia la cual Nuestro Señor invita, no es solo una vigilancia de la oración — por supuesto que debemos rezar, debemos entrar en comunión con Dios, debemos participar bien de los Sacramentos, de la Iglesia, rezar nuestro rosario, tener nuestros momentos devocionales —, pero la vigilancia también se da en el cuidado con el hermano, en el cuidado con el prójimo.
“El administrado fiel que el señor se encargo de cuidar de su personal”, porque cuando él volviese, encontraría entonces aquel empleado cuidando de su casa, cuidando de los suyos. Mis hermanos, Nuestro Señor va volver, Nuestro Señor esta volviendo, y cuando Él volver, que nosotros podamos estar en vigilancia, vigilancia en la oración y en el cuidado con nuestros.
Mira en tu casa, mira para las personas con quien tu convives, las personas con quien tu trabajas… Nuestro Señor cuando volver, desea encontrar tu cuidando de los suyos. ¡Es esta vigilancia que nosotros también necesitamos tener! Vigilancia en la oración, vigilancia en el cuidado con nuestros hermanos.
Que el Señor nos ayude a hacer este camino de estarnos siempre atentos. Vigilancia en la oración, vigilancia en el cuidado con nuestro prójimo.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
